En los bosques de Imbabura se filmó el documental ganador. Foto: Cortesía
‘La vida secreta del oso de anteojos’ es el nombre del documental, filmado en Imbabura, que ganó el premio a Mejor Película de Especies en Peligro de Extinción en el Wildlife Conservation Film Festival. Este festival, realizado en Nueva York y Los Ángeles en octubre de este 2020, reconoce anualmente a las películas independientes que promueven la conservación de la biodiversidad.
“Es uno de los mamíferos menos conocidos, uno de las más discretos y misteriosos. Con tres millones de años, es un sobreviviente de la edad de hielo y el único oso sudamericano presente desde Panamá hasta Argentina. Esta es la historia del oso de anteojos, el oso más secreto del mundo”. Con esta narración, acompañada de imágenes de paisajes y planos cercanos de estos animales, empieza el filme de 52 minutos.
Este trabajo muestra el comportamiento de los especímenes que habitan en los bosques de la cordillera oriental del Geoparque Mundial Imbabura, en poblados como Chugá, Sigsipamba, Mariano Acosta y Angochagua. El documental premiado fue dirigido por Philippe Molins y contó con la participación de las productoras Toisan Films de Ecuador, Cábala Producciones de Chile y Taxi-Brousse de Francia. Además, la Prefectura de Imbabura brindó apoyo logístico, técnico y aportó material audiovisual obtenido gracias al programa de monitoreo de fauna silvestre.
Andrés Laguna, biólogo encargado del Componente de investigación para la conservación de Imbabura Geoparque Mundial de la Unesco, explica que este documental sintetiza los más de 10 años de investigaciones sobre el oso andino en la zona. En este se puede ver el comportamiento reproductivo y maternal de la especie, al igual que la forma en la que se desplazan desde el Parque Nacional Cayambe- Coca hasta la zona de amortiguamiento.
Laguna dice que este filme recoge aspectos que años atrás eran “prácticamente imposibles de registrar”, como el cortejo de los animales o cómo construyen las estructuras donde duermen en el día. Toda la filmación, cuenta, se realizó durante cuatro meses en el hábitat natural de los osos, tomando las precauciones necesarias para grabar sin perturbar a los especímenes. Laguna, junto con Danilo Vásquez, fueron quienes guiaron a los productores hacia los sitios donde se encuentran los osos. Según el documental, se estima que en Ecuador habitan alrededor de 3 000 de los 20 000 especímenes que viven en América del Sur. En el país se los puede encontrar desde los 5 000 metros hasta las tierras bajas de la Amazonía.
Ahora, el objetivo es proyectar el documental en el país, ya que aún no ha sido estrenado localmente. Laguna, también director Científico de la Fundación Big Mammals Conservation, hace un llamado a los cines y canales de televisión nacionales para que se interesen por este filme. “Este logro nos debería transmitir la misma emoción que nos da el ciclismo o el fútbol”, dice el investigador. La idea es inspirar a las nuevas generaciones para que protejan a estas especies.
El Laboratorio Comciencia de la Dirección de Comunicación Estratégica de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador también fue parte de la producción de este filme. Su apoyo técnico y económico fue necesario para la realización de la película.