En el transcurso de la última semana de abril, varios países -sobre todo en Europa y América- alistan y ejecutan planes para salir adecuadamente del confinamiento obligado por la pandemia del covid-19. A esto se ha denominado la ‘nueva normalidad’, frente a lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que la población esté mejor preparada para responder al coronavirus, ya que el complejo escenario aún será largo.
Austria, Noruega y Dinamarca se han comprometido a levantar parte del confinamiento, pero conservando medidas de distanciamiento social. Italia, Francia, Suiza, Finlandia, España y Rumanía también preparan un desconfinamiento prudente.
La crítica situación económica mundial de alguna manera ejerce presión sobre los gobiernos, para dar paso a esta nueva etapa, siempre y cuando se cumplan estrictos protocolos de bioseguridad en las empresas y desde el sector público no se baje la guardia en el control de la salud de la población.
En medio de este complejo momento internacional, para Ecuador -con la ratificación en la Asamblea del Acuerdo con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés)- se perfila un importante espacio para elevar sus exportaciones hacia Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, que integran el bloque.
Si todo marcha en función de los plazos previstos, el acuerdo entrará en plena vigencia en el transcurso del segundo semestre de este año. Según el tratado, unas mil partidas de productos ecuatorianos gozarán de preferencias arancelarias. Entre los principales están banano, cacao, rosas, aceites de pescado, camarones, kiwi, pitahaya, vegetales.
En medio del complejo momento económico que vive el país, sacar el mejor provecho posible de este acuerdo será un respiro para la industria exportadora ecuatoriana, que sin duda requerirá mayor apoyo del Estado, para llegar a este nuevo desafío en mejores condiciones. Sin duda es una buena noticia, en medio del crítico balance económico nacional.