Las autoridades de Perú no han hallado hasta el 15 de abril del 2020 el cadáver de la joven española de origen ecuatoriano Nathaly Salazar, quien desapareció y perdió la vida cuando hacía turismo en ese país el 2 de enero del 2018. Foto: Captura de pantalla
Los responsables confesos de la muerte de la ecuatoriana–española Nathaly Salazar, desaparecida desde hace más de dos años en Perú, fueron sentenciados a 11 años de cárcel por homicidio culposo, hurto agravado y encubrimiento al haber ocultado el cuerpo de la turista.
El fallo de la jueza peruana Melody Contreras, emitido el domingo 12 de abril del 2020 en mitad de la cuarentena nacional por el covid-19, será apelado a una instancia superior tanto por los dos sentenciados como por los padres de la víctima, según indicó este miércoles 15 de abril a la Agencia Efe su madre, Alexandra Ayala.
“No hay ninguna felicidad ni nos sentimos alegres por la condena que les dieron, porque para nosotros lo importante es que hablen y nos digan dónde está nuestra hija. Esta incertidumbre de no saber si está muerta o viva nos mata a nosotros. Es algo que no se puede vivir con eso”, dijo Ayala.
El juicio concluyó sin que hasta ahora se haya encontrado el cadáver de Nathaly, que con 28 años hacía turismo por su cuenta en la región de Cusco, en el sur de Perú, cuando aparentemente falleció el 2 de enero de 2018 por irresponsabilidad de los sentenciados, Jainor Huillca y Luzgardo Pillco.
Sin la evidencia del cuerpo que demostraría un posible feminicidio, los padres de Nathaly, residentes en Valencia (España), están disconformes con que la condena sea por homicidio culposo y no por homicidio doloso, ya que consideran que ambos eran plenamente conscientes del peligro al que expusieron a su hija.
“No estamos satisfechos, pero al menos sabemos que no van a salir de la cárcel. Eso es lo importante para nosotros”, apuntó Ayala, que durante los dos últimos años ha pasado largas temporadas en Cusco para tratar de ubicar a su hija.
La familia de la víctima valoró que la jueza desestimase la pena solicitada por el fiscal a cargo del caso, Rubén Calsina, que había pedido 6 años y 9 meses de prisión para Huillca y 6 años y 8 meses para Pillco.
“El Fiscal estaba prácticamente en contra nuestra y a favor de estos delincuentes, sabiendo perfectamente todo lo que él ha averiguado”, lamentó Ayala.
Hasta ahora la versión sostenida por los culpables es que el cadáver de Salazar lo lanzaron al río Vilcanota después de que se accidentase al practicar tirolina sin las condiciones mínimas de seguridad y sin la capacitación suficiente por parte de Huillca, que hizo de improvisado instructor con la connivencia de Pillco.
La madre de la desaparecida sigue desconfiando de esta versión inculpatoria de ambos, pues denunció que el abogado de los procesados la extorsionó al reclamarle USD 10 000 a cambio de revelar el paradero de su hija.
El letrado buscaba así un rédito económico para llegar una terminación anticipada del juicio, donde los dos acusados confesaban los hechos y obtenían una pena menor.
“Él claramente dice que lo que está escrito en los papeles no es verdad, que sus patrocinados tienen otra versión y que en el momento que ingresemos los USD 10 000 en su cuenta, nos dan la ubicación de mi hija”, relató Ayala.
Los padres de Nathaly también están insatisfechos por la investigación realizada a cargo de las autoridades peruanas, pues en sus numerosas visitas a Cusco han podido recoger datos y testimonios que apuntan a nuevas líneas de investigación, pero que no fueron agregadas al expediente del fiscal.
“La mala investigación que se ha hecho es por parte de la División de Personas Desaparecidas de la Policía Nacional del Perú, y tal es así que se han ocultado pruebas muy importantes durante los primeros días”, lamentó Ayala.
En sus visitas a Maras, la localidad donde presuntamente falleció su hija, los vecinos le preguntan por qué ninguna autoridad ha ido a revisar la casa de Pillco y afirman ahí que puede estar enterrado el cuerpo de Nathaly, contó su madre.
Asimismo, no se han hallado restos de sangre en el vehículo que los culpables declararon haber utilizado para trasladar el cuerpo hasta el punto donde dicen haberlo lanzado al caudaloso río Vilcanota, que rodea Machu Picchu para más abajo pasar a llamarse Urubamba.
“Ojalá hagan conciencia de devolvernos a nuestra hija y nos den oportunidad de darle cristiana sepultura. Es lo único que nos falta para tener un poco de paz”, comentó Ayala en un video publicado en sus redes sociales.
Diversas organizaciones feministas de Perú como la ONG Manuela Ramos han lamentado la condena del caso de Nathaly Salazar al considerar que se ha maquillado como homicidio casual un caso más de feminicidio.
Asimismo, Ayala pidió que tampoco se queden en el olvido otros casos de mujeres desaparecidas en la región de Cusco como el de la estadounidense Carla Valpeoz, una mujer con discapacidad visual que desapareció en diciembre de 2018 en el municipio cusqueño de Pisac.