Avenida Real Audiencia, norte de Quito. Foto: Google
Moradores del sector de la Real Audiencia, en el norte de Quito, manifiestan que los problemas de inseguridad son comunes en la zona y que no han recibido una respuesta oportuna por parte de la fuerza pública. El viernes 6 de marzo del 2020, se produjo un asalto a mano armada en la calle José María Borrero, en el sector de la Real Audiencia, en el norte de Quito.
Ese día, a las 19:50, mientras Mario (nombre protegido) realizaba su turno en una tienda del sector, dos antisociales que portaban un arma de fuego ingresaron al establecimiento. Primero consumieron un producto y, al momento de pagarlo, uno de ellos apuntó el arma hacia el empleado. El sujeto lo trasladó al baño, lo maniató y tapó su boca con cinta de embalaje.
Mientras tanto, el otro registró el lugar. Los sujetos sustrajeron USD 400 del local y la mochila del empleado, con USD 200 para luego darse a la fuga. Tras el delito, el hombre salió de la tienda en busca de auxilio.
Acudió a una tapicería cercana donde trabaja Pedro Muso, quien lo desató y llamó a la Policía. Las fuerzas del orden tardaron aproximadamente 20 minutos en llegar. De acuerdo a su versión, los uniformados mencionaron que una forma para combatir con la delincuencia, de forma conjunta, sería una mayor organización barrial.
Este no ha sido el primer delito que se comete en esta zona. Los moradores cuentan que los atracos son comunes. Además, hay asaltos a establecimientos y robos de vehículos. Muso relató que hace aproximadamente tres semanas, tuvo que impedir el robo de su vehículo. Él vio a los antisociales romper una ventana de su auto y sustraer una mochila, cuando los delincuentes se percataron, se dieron a la fuga.
El robo de viviendas no es común, sin embargo, han existido casos en lo que desconocidos han ingresado a domicilios.
Las personas que transitan frecuentemente por la avenida Real Audiencia y por las calles aledañas, saben que estos actos ocurren semana a semana, razón por lo que se sienten desprotegidos.
Los vecinos dicen que en las noches hay más peligro ya que ciertas luminarias no funcionan.
El trasladarse por las calles del sector se ha vuelto una difícil tarea. Cuentan los vecinos que los delincuentes se movilizan a pie y en motocicletas. Caminar en grupos tampoco es seguro ya que no impide que las fechorías se lleven a cabo. La mayoría coincide en que la presencia policial en el lugar, en relación a rondas y controles, no es suficiente para aplacar estos hechos.
Quienes habitan y trabajan en esta zona han optado por buscar protección de forma independiente en relación a sus casas y establecimientos. Una de las medidas adoptadas ha sido el informar de personas o vehículos sospechosos en los grupos barriales de WhatsApp. Julio Rangel, dueño de la tienda asaltada, manifiesta que se ha puesto de acuerdo con otros locales para cerrar a la misma hora. Otros han preferido instalar cámaras de seguridad en sus establecimientos.