Las cartas electorales están jugadas en el Distrito Metropolitano. Desde el 14 de mayo próximo, la Alcaldía de Quito estará ocupada por Mauricio Rodas. Los resultados oficiales conocidos, hasta ayer, 24 de febrero, ratificaban esa situación.
Ahora, tras la celebración que siempre será corta, vienen momentos difíciles: aquellos destinados a la conformación de un equipo de trabajo y de una transición que no afecte a la cotidianidad de la ciudad y de su Municipalidad.
Hay que cumplir las promesas de campaña e ir materializando una visión de ciudad que SUMA-Vive, movimiento ganador, expresó en el eslogan: “Sí podemos vivir mejor”.
El candidato ganador dijo, ayer, que mezclará juventud con experiencia en lo relacionado con la selección de colaboradores y que procederá a una reingeniería de procesos. Buscará, además, simplificar los trámites municipales . “eliminando los pasos innecesarios y teniendo como objetivo el programa cero papeles”.
La tarea es difícil. Y lo es por la misma estructura que tiene el Municipio en su planta central, en las empresas y direcciones municipales y en las administraciones zonales.
La reingeniería de la que se habla debe responder a dos factores: el crecimiento al que ha llegado el Distrito Metropolitano y la realidad de cada una de las dependencias municipales.
Lo que ocurre con las administraciones zonales se presta para el ejemplo. Si bien hay un grado de descentralización en los trámites; esto no pasa de ahí. El administrador, en realidad, no cumple con esas funciones. Las decisiones más importantes pasan por la anuencia de la planta central y, en el caso de la provisión de servicios, por una engorrosa coordinación con las empresas como agua potable, obras públicas…
La visión de las administraciones zonales tienen su punto de partida en la creación misma del Distrito Metropolitano, hace 22 años. Esa reingeniería, sin duda, debe tomar en cuenta esa realidad. Entonces, cabe preguntar: ¿la forma como están concebidas y estructuradas las administraciones zonales responde a la realidad y a los requerimientos actuales? Esta pregunta, sin duda, se amplía a la planta central.
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No debe quedar de lado que las tareas y responsabilidades relacionadas con el tránsito abren el abanico administrativo de la Municipalidad. Entonces, para la ejecución de un programa cero papeles queda mucho trecho por recorrer y mucha cultura del papel y de la burocracia por cambiar.
Otro ofrecimiento de campaña, que se refrendó en una buena cantidad de votos, es aquel relacionado con la reducción de impuestos y de multas. Rodas plantea que, administrativamente, “para reducir impuestos y multas de ámbito municipal se requiere reformar las ordenanzas. Se impulsará desde el primer día, para racionalizar las multas exageradas que existen en Quito”.
En el paquete están aquellos rubros relacionados con las patentes municipales, licencias de funcionamiento, pico y placa, el uso de adhesivos por parte del transporte público…
Rodas habla de que estas medidas no implicarán una disminución al 1% del presupuesto del Municipio. Pero que se recuperará con reducción en publicidad y en gastos onerosos. No deja de precisar que las clases bajas y medias serán las beneficiadas y que su ejecución se concretará desde enero del 2015. Además, se incentivará la producción y el comercio, lo que incrementará el bienestar.
Marco Morales, docente de derecho constitucional de Universidad San Francisco, reconoce que el Código de Ordenamiento Territorial (Cootad) establece que los impuestos de carácter local pueden ser modificados por ordenanzas en los concejos municipales.
En cuanto a la simplificación de los trámites explicó que esto es una cuestión más administrativa. El cambio dependerá del equipo que se rodee el nuevo Alcalde y del modelo de gestión que se implemente.
Los alcances que tuvo el apoyo masivo del sector del transporte, especialmente de los taxistas convencionales, se verán a lo largo de la nueva gestión municipal. El Alcalde electo se refirió a acuerdos basados en mejoramiento de procedimientos administrativos, que no se habló de tarifas ni de eliminación de la revisión vehicular.
Pero la realidad de este gremio va más allá de esto. Hay un proceso de regularización en marcha, que incrementó el parque automotor de 9 000 a 14 000 unidades para operar en el Distrito. Este proceso no fue bien visto por los taxistas convencionales. Tras de estos están la ‘propiedad’ de los puestos en cada una de las cooperativas.
En la ‘vida real’ cada dueño tiene la potestad de vender su puesto. El monto depende de la ubicación de la cooperativa. La continuación de obras como el metro es otro anuncio hecho en la campaña. Para que se cumplan con los tiempos, el proceso de contratación de la empresa o empresas que construyan el túnel (la obra principal por donde van los vagones, dijo Rodas) comienza a disminuirse. Este es un tema principal de la transición, como lo es el pico y pl aca, sistema que Rodas dijo será revisado.
En contexto
Tras un proceso electoral llega un paso que se vuelve difícil, muchas veces cuesta arriba, para las autoridades que fueron elegidas: el cumplimiento de las promesas de campaña. Mauricio Rodas habla de lo que hará para desempeñarse como Alcalde metropolitano.