Seguramente, el entrenador Jordi Cruyff ha tomado nota del nivel de los jugadores que ha visitado (porque no todo son selfies desde los palcos, por supuesto) o de los que ha observado en video, así que debe estar evaluando seriamente la posibilidad de que, aunque muchos pidan dar paso a la juventud, convocar a un grupo de veteranos para el inicio de las eliminatorias.
Solo tomemos el ejemplo del arco, ya que fastidia en que se insista en recuperar a Felipe Caicedo, como si nos sobraran los arietes en Europa. Se quiere dar de baja a Alexander Domínguez, que tiene 32 años, 42 partidos en la Tricolor, dos títulos nacionales, cuatro títulos internacionales y 1,97 metros de estatura. Es, de lejos, el guardameta con más rodaje del país y su suplencia en Vélez no es razón para dejarlo fuera de una selección.
El dilema es: ¿debemos jubilar a Domínguez para dar paso a Pedro Ortiz (29 años) o Jorge Pinos (30 años), que no son tan jóvenes tampoco? En otras palabras, ¿hay que sacrificar la experiencia?
Robert Arboleda, con 28 años, es otro jugador que está en la lista de Cruyff, a pesar de sus problemas anteriores en el plano disciplinario. Tiene más de 70 cotejos con el Sao Paulo y es difícil encontrar un zaguero de sus características. Antonio Valencia, con 34, vive un lento retiro; pero su hoja de vida en la Premier League y su posición en LDU no lo hacen desechable de plano, al menos no en este 2020.
Lo más probable es que Cruyff, aunque tenga total libertad para llamar a la Sub 19 si le place, contará con gente que tenga trayectoria. Un inicio vergonzoso en las eliminatorias lo devaluaría muy pronto ante la afición, además de que los jugadores seleccionados se quemarían anticipadamente.
Parte de la Vieja Guardia estará de regreso.
Alexander Dominguez durante un entrenamiento en la Casa de la Selección antes de medirse a Perú en eliminatorias a Rusia 2018. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO