El 10 de Febrero se ha señalado como el Día de la Aviación de Combate en homenaje a la gesta heroica de 1995 que, en un hecho inédito, valerosos pilotos de combate de la Fuerza Aérea Ecuatoriana dieron cuenta de la aviación enemiga y derribaron sus aeronaves militares.
De esto han pasado 25 años, una generación; una vez superado el diferendo limítrofe y firmada la paz, queda únicamente el recuerdo de estos actos ejemplares que justifican la existencia de unas Fuerzas Armadas profesionales, libres de la contaminación de la política, centrada exclusivamente en su misión, identificada con los altos intereses nacionales; sujeta al Estado y no a gobiernos de turno, como lamentablemente quiso proceder el anterior presidente de la República.
Además queda el ejemplo de valerosos soldados que supieron encarar con profesionalismo, espíritu patrio y heroísmo la dura contingencia de hace 25 años. Que esto sirva de motivación a jóvenes que aspiran servir a la patria desde las Fuerzas Armadas; conscientes que la carrera militar es sacrificio, entrega total a la profesión, renunciamiento, preparación previa a su ingreso, capacitación y evaluación permanente.
Al recordar esta significativa fecha y haber sido testigo del valor de oficiales pilotos, técnicos y especialistas; de la serenidad, aplomo y certeras decisiones de los mandos; y, del profesionalismo, conocimiento, entrega y sacrificio del personal de aerotécnicos y empleados civiles (hoy servidores públicos), con el orgullo de haber pertenecido a la noble institución aérea, presento mi saludo cívico y emocionado a las FF.AA., a la gloriosa Fuerza Aérea Ecuatoriana en el año de su centenario.