Marcelo Lascano es un ecuatoriano que realiza una colecta de mascarillas por el brote de coronavirus en China. Él ha vivido durante siete años en Jinan. Valeria Heredia/ EL COMERCIO
Su salida de China fue un “golpe de suerte”. El sábado 18 de enero del 2020, el ecuatoriano Marcelo Lascano y su familia dejaron su vivienda localizada en Jinan con destino a Quito. Ellos llevaban siete años en esa localidad, que se encuentra a unas seis horas de Wuhan, epicentro del coronavirus.
Su estadía en el país no sería larga. Vinieron por un problema de salud de su esposa. Luego del feriado chino -celebraciones del Año Nuevo– retornarían al gigante asiático. Sin embargo, eso no ocurrió porque la situación de esta nueva cepa recrudeció.
Actualmente se registran 28 276 casos confirmados, de ellos 3 722 corresponden a diagnósticos nuevos en China. Además hay 564 fallecidos producto de este virus, según el informe diario publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cuando arribaron al país, el 23 de enero del 2020, empezaron a escuchar más información sobre la transmisión rápida de este virus. Días después, el jueves 30 de enero, la situación se volvió tensa con la declaratoria de emergencia internacional en materia de salud. “Cuando salimos aún no había mucha información, pero a nuestro arribó todo comenzó. Llamé a mis amigos y empecé a escuchar sobre sus necesidades. Les falta mascarillas y me conmovió”, dice el hombre de 40 años.
Este producto para protegerse de un posible contagio -cuenta- solo lo puede usar una vez, por lo que la necesidad es grande. “El grado de contagio es exponencial y alto, por lo que se requiere este tipo de insumo”.
Ante esta necesidad, Marcelo organiza un evento para la recolección de mascarillas. Será este domingo 9 de febrero del 2020 en la casa social de Capelo, en el valle de Los Chillos. La recolección arrancará a partir de las 09:00. “Las autoridades chinas me ofrecieron apoyo en la recolección y el traslado de estos insumos”.
Este esposo y padre ecuatoriano confía en que con estas actividades se ayude a compatriotas residentes en China y a los locales.
Pese a que la situación no ha cambiado, Marcelo considera que muy pronto todo volverá a la normalidad. Así podrá retornar a aquel país que le abrió las puertas y su hija, de 7 años, retomará sus clases. “Me gustaría que acabe allá la escuela y perfeccione su inglés y el chino”.