Frente al complicado año que termina, que en octubre nos dejó ver las costuras del país, y con la expectativa de un 2020 que no pinta mucho mejor, con un gobierno débil, actores políticos más con la mira puesta en las elecciones del 2021 que en políticas beneficiosas para el país y una economía que sigue en crisis, es bastante desalentador analizar el 2019 e intentar proyecciones para el 2020, por lo que he decidido mejor hacer un balance literario.
Rankings con los mejores libros del año hay varios, cada uno con el sesgo de quien lo hace. Este es el mío, en el que hago un listado con los libros que más disfruté en 2019, independientemente de si fueron publicados o no este año.
Lo mejor que leí es una novela que está entre las más vendidas desde 1960, Matar a un ruiseñor de Harper Lee, ambientada en el sur de los EE.UU. durante la Gran Depresión, en el marco de la segregación racial, es un poema sobre la vida, la naturaleza humana, los prejuicios, la lealtad y la pérdida de la inocencia. Un libro que todos deberían leer.
Le siguen Ensayo sobre la ceguera de José Saramago de 1995 y Niebla de Miguel de Unamuno de 1914. El primero, una historia sobre lo que somos capaces de hacer los seres humanos bajo condiciones extremas, bueno y malo; y, el segundo, un análisis profundo de la naturaleza humana, lleno de humor e ironía.
Quiero destacar también a Arturo Pérez – Reverte con Una Historia de España y Sidi, ambos de 2019. El primero, la historia de España, que además es la historia de América Latina – porque a España le debemos muchas cosas positivas, pero también muchas taras- contada de forma divertidísima e irreverente; y, el segundo, una visión modernizada de ese personaje fascinante que es el Mío Cid. No puedo dejar de nombrar Tiempos Recios de Vargas Llosa, en el que revisita a algunos personajes de La Fiesta del Chivo, y Mañana tendremos otros nombres de Patricio Pron, ganador del Alfagura de Novela.
En literatura ecuatoriana, lo mejor fue Ahora que cae la niebla de Oscar Vela, la biografía novelada de Manuel Antonio Muñoz Borrero, que salvó a cientos de judíos durante la Segunda Guerra Mundial; luego, Tripa Mistic de Rafael Lugo, la héretica, irreverente y divertidísima historia del fin del mundo con epicentro en Ecuador; y, finalmente Pelea de Gallos, de María Fernanda Ampuero, cuentos que hieren como picotazos.
La política no podía faltar en mis lecturas, entre las que quiero destacar el Pueblo contra la democracia de Yascha Mounk y Así Mueren las Democracias de Levitsky y Ziblatt, que bien pueden servir para explicar el estallido de protestas a nivel mundial.
Se quedan algunas lecturas sin nombrar, pero para mi estas han sido las mejores. Ojalá le ayuden a sobrellevar el duro año que se nos viene. ¡Feliz 2020!
Columnista invitado