Los encuestadores llegaron al sector Santa Martha 2, donde se aplicará el proyecto Barrio Solidario. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
En dos sectores pobres de la ciudad de Esmeraldas se concentra la mayor cantidad de ciudadanos extranjeros en condición de movilidad humana, de acuerdo con los datos de una encuesta realizada por cuatro entidades.
En los barrios Tercer Piso (norte de la ciudad) y Voluntad de Dios (en el sur) se registra el asentamiento de ciudadanos colombianos y venezolanos, quienes llegaron con sus familias por distintas razones.
Esa información fue recopilada por los técnicos del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP) y funcionarios de la Dirección de Desarrollo Comunitario del Municipio de Esmeraldas, Cruz Roja y Fundación Lunita Lunera.
Esas entidades participarán en el proyecto piloto, denominado Barrio Solidario, promovido por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Este programa involucra a 25 barrios de la ciudad, pero seis tienen una mayor carencia de servicios básicos. El Barrio Solidario empezará en estos primeros seis sectores: Tercer Piso, Voluntad de Dios, Nueva Esperanza Norte, El Arenal, 12 de Mayo y La Cananga.
Luego, el programa continuará con los otros 19 barrios.
En Tercer Piso y Voluntad de Dios, el 46,5% de la población venezolana no participa en ninguno de los programas de movilidad humana, mientras que un 70,75% de la población colombiana sí lo hace. Aún no se dispone de la información del número de personas.
Entre las prioridades que se deben atender está el alcantarillado sanitario, arreglo de las calles, seguridad ciudadana, fortalecimiento organizativo, regeneración urbana, creación de áreas verdes recreativas, dotación de agua potable y legalización de los terrenos.
Uno de los migrantes es Luis A, oriundo del departamento de Nariño, en Colombia. Vive en el barrio Tercer Piso. Él está en Esmeraldas desde hace ocho meses y llegó tras huir de la zona rural de su país por temor a los grupos irregulares que operan en la frontera. En su tierra se dedicaba a las labores del campo, pero en Ecuador trabaja en la albañilería.
En similares condiciones se encuentra Antonio M., un ciudadano venezolano que llegó hace un año desde la ciudad de Maracaibo, debido a los problemas en su nación.
Su situación no ha sido regularizada hasta el momento. Mientras soluciona ese tema se dedica a la venta ambulante de carne asada y arepas, en el sur de la ciudad, donde reside con su esposa y sus dos hijos.
En los barrios de Luis A. y Antonio M., el proyecto Barrio Solidario intervendrá en la remodelación de canchas deportivas, adecuación de parques y casas comunales, para que la población refugiada tenga espacios para la distracción.
La mayoría de los 25 barrios del programa está ubicada en la ribera del río Esmeraldas. Allí se registra un importante asentamiento de colombianos, quienes están vinculados a dos actividades principales: pesca artesanal y panadería.
Raúl Perea, presidente de la Unión de Barrios de la Ribera del Esmeraldas, asegura que los problemas de servicios básicos es lo que más aqueja a los habitantes y a quienes están en condición de movilidad humana. El servicio de agua es deficiente, falta alcantarillado, el 70% de las calles no tiene asfalto y se necesita un reordenamiento urbano.
Los esmeraldeños y los colombianos organizan campeonatos de fútbol y comparten muchas de sus tradiciones que son comunes, como la música, para mejorar la convivencia. “Estos aspectos han permitido tener un mayor acercamiento con ellos”, asegura Perea.
El concejal Silvio Burbano, quien habita en el barrio Santa Martha 2, cree que con la intervención de Acnur en la reparación de canchas deportivas y el adecentamiento de la casa comunal, el sector tendrá espacios para reunir a la comunidad de migrantes.
Además, con la Unidad de Movilidad Humana del Municipio de Esmeraldas se ha empezado a articular talleres de capacitación microempresarial para quienes no tienen una profesión, mientras se avanza con el proceso de regularización.
La alcaldesa de Esmeraldas, Lucía Sosa, dijo que, tras conocer los resultados de las encuestas, las obras se priorizarán en los sitios donde existe una mayor vulnerabilidad para la población local y extranjera.
Este proyecto se aplica en el cantón de San Lorenzo desde enero de este año. Se trabaja con 200 extranjeros (venezolanos y colombianos) de 13 barrios de la parte urbana.
Los extranjeros, en su mayoría, se dedican al comercio. A través del proyecto se otorgan las facilidades para que logren regularizar su situación en el país, explica Jimmy Córdova, técnico del FEPP, quien trabaja en San Lorenzo.
En contexto
Entre octubre y noviembre de este año se realizaron 4 000 encuestas en 25 sectores de las riberas del río Esmeraldas. Estos sitios fueron seleccionados para ejecutar el proyecto Barrio Solidario, a cargo del Acnur, debido a la presencia de migrantes colombianos y venezolanos.