Willie Murphy, una adulta mayor de 82 años, impidió que un hombre irrumpiera forzadamente a su hogar con sus habilidades como fisicoculturista. Foto: captura de pantalla
Eran las 20:00 del jueves 21 de noviembre del 2019. Willie Murphy, una adulta mayor de 82 años, descansaba en su hogar, ubicado en Rochester, en Nueva York. Ella preparaba su cama para dormir cuando un hombre comenzó a golpear su puerta. Él instó a Murphy a solicitar una ambulancia para él. Sin pedir permiso o dar explicación alguna, el hombre intentó ingresar a la vivienda de forma violenta. En ese momento, Willie, una fisicoculturista experimentada, decidió defenderse.
En diálogo con la cadena televisiva estadounidense WHAM, la mujer detalló lo ocurrido esa noche. Contó que su primer instinto al ver al hombre en la puerta de su hogar, fue llamar a la Policía local. No entendía por qué pedía una ambulancia, pues no lo vio herido, pero accedió. Sin decir nada, el hombre comenzó a forzar la puerta para ingresar. “Él estaba enojado pero yo no iba a dejar que entre antes de que lleguen los agentes”, afirmó.
“Estaba un poco oscuro y estoy sola, y sí, tengo mis años encima pero ¿adivina qué? ¡Soy dura! Escogió la casa equivocada para entrar”, dijo la mujer, que es una conocida fisicoculturista galardonada en Nueva York. Entonces, decidió darle una lección.
“Tomé una mesa y comencé a ‘trabajarla’ sobre él; se rompió. Tenía que saber que no podía entrar a mi casa, no sabía cuáles eran sus intenciones”. Después, Willie saltó sobre él un par de veces para reducirlo. Finalmente, tomó una botella de shampoo para bebés. “Eché el líquido sobre su rostro mientras intentaba levantarse para que no intente hacer nada hasta que llegara la Policía”, recordó.
El hombre quería salir, pero no tenía fuerzas, contó Murphy. Y ella, capaz de levantar peso muerto de hasta 100 kilogramos, luchó para poder sacarlo. “No podía moverlo porque era demasiado pesado. Al menos en ese momento ya llegaron los policías”, aseguró.
A las 20:45 de ese jueves, la Policía llegó acompañada de una ambulancia que asistió al hombre malherido. “Creo que estaba feliz cuando se fue en la ambulancia porque le mandé a la ambulancia. Sí, lo hice”, concluye Willie.