‘Respeto, justicia y democracia”, son las palabras que para el candidato a la Presidencia Alberto Acosta, resumen su Plan de Gobierno. El ex Presidente de la Asamblea Constituyente de Montecristi llegó ayer al mediodía a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), junto a cientos de militantes de la Coordinadora de las Izquierdas.
Acompañado de la ex vocal electoral, Marcia Caicedo, Acosta fue el tercer candidato en inscribir oficialmente su candidatura.
El Auditorio de la Democracia fue el escenario donde Acosta pronunció su discurso. A comparación del día anterior, en el cual el presidente Rafael Correa también inscribió su candidatura, en esta ocasión los medios públicos no transmitieron el acto en cadena y tampoco agentes de seguridad coparon las instalaciones.
“Esta es una transformación del respeto a las libertades y los derechos individuales, colectivos y de la naturaleza”, fue una de las frases iniciales del discurso.
Ahí presentó el programa de Gobierno de la Unidad Plurinacional y dijo que “fue construido colectivamente desde hace varios meses atrás (…) Este es un documento en permanente construcción colectiva. Esta no es una obra del todólogo de los sábados”.
Esta propuesta se basa en cinco ejes: democracia radical; lucha frontal a la corrupción; transparencia en los contratos públicos; derecho a la información y lucha radical contra la inseguridad.
No solo Acosta propone un proyecto amparado en principios de la izquierda. Rafael Correa propuso 10 ejes para su gobierno: revolución constitucional, económica, social, urbana, cultural, ambienta, ciencia y tecnología, lucha contra la corrupción, reforma de la justicia y soberanía.
Pero, ¿cuál de las dos propuesta es más cercana a la izquierda?
Para el analista político Luis Verdesoto nadie puede pretenderse como el representante de la izquierda correcta o de la izquierda auténtica. Señala que “el pragmatismo de Rafael Correa se desliza al autoritarismo”, y que esta actitud no hace relación a la izquierda que debe ser fundamentalmente democrática, y desdibuja la idea de la intervención del Estado. Mientras que el tradicionalismo de algunas propuestas de cambio de Acosta “lo encierra en un pasado que se debe superar”.
Otro de los puntos claves dentro de la candidatura de Acosta y que lo distancia de Correa es su discurso con relación a la prensa.
Para Acosta, la libertad de expresión es fundamental pues “es la libertad del otro del que piensa diferente, no solo la del gobernante”. Por ello uno de sus ofrecimientos es que defenderán la libertad de expresión no solo de los comunicadores sociales sino de todo el pueblo. “Sin debate público muere la democracia”.
Es un discurso contrario al que manejó Correa el día de su inscripción cuando al inicio de su repertorio criticó la labor de los medios y, con palabras duras, alertó un intento de desacreditarlo.
No obstante, Verdesoto dice que la principal similitud entre los dos candidatos es la fidelidad para con Hugo Chávez y el discurso del antiimperialismo.
Acosta llevó además el discurso de las libertades a otros campos, uno de ellos el educativo. Dijo que en su gobierno los jóvenes serán libres para decidir qué carrera universitaria desean seguir.
Al final de la inscripción, la marcha salió hacia la delegación para inscribir a los asambleístas.