Eres el encargo del amor para engrandecer el principio de vida, razón de subsistencia que consume tu cuerpo embelleciendo tu alma. Crisol de entrega, sacrificio, constancia y realización, cual estrella en la noche hasta alcanzar el sol de la mañana, rumbo al cenit de tu vida, cuando tus lágrimas son recompensas al conocer la libertad de tus hijos. Vida por vida, lo amargo del destino se torna en dulzura con tu diaria atención, donde penas son alegrías y sueños de existencia. Donde tus pensamientos son oraciones que vuelan al infinito en busca de seguridad de tus hijos. Donde el tiempo es el diario sentir de ver crecer y cuidar tu herencia, patrimonio de todos los seres vivos. Acción desmedida, sin límites, reconociendo el porqué de la vida, donde Dios se extasía, al contemplar su obra.