En medio del debate sobre los cambios en la educación -dentro del Acuerdo Nacional convocado por el Gobierno-, la vieja Unión Nacional de Educadores recupera el terreno perdido.
Ese gremio -ligado al ex Movimiento Popular Democrático, hoy Unidad Popular- fue disuelto por el Ministerio de Educación en agosto de 2016, lo cual dio lugar al proceso de liquidación de su patrimonio.
Los bienes registrados superan los USD 9 millones, y todo indica que serán recuperados por la dirigencia, después de que la comisión liquidadora fuera disuelta el 25 de abril por el actual Ministro de Educación.
Al mismo tiempo, esperan que les devuelvan la personería jurídica y la administración del Fondo de Cesantía del Magisterio, que contaba con USD 400 millones de 143 000 cuentas hasta el 2011, cuando el Gobierno decidió impedir los descuentos a sus socios a través del rol de pagos.
El gremio siempre fue visto con recelo por los distintos gobiernos, por su capacidad de movilización e incluso como un factor de oposición a los cambios. El intento de crear una organización paralela data de la administración de Rodrigo Borja. Pero fue Rafael Correa quien lo concretó.
Sus argumentos eran las continuas paralizaciones y la oposición al cambio educativo y a la evaluación de los profesores. A la vez, creó su gremio afín, la Red de Maestros, que no logra actualizar su directiva desde 2018.
Ayer empezaron las reuniones para organizar el trabajo de la mesa de Educación, la primera de las siete que estipula el Acuerdo Nacional. Con la mirada puesta en el mejoramiento de su calidad, se abordarán siete temas, a cuál más importante: empleabilidad, derechos, valores, protección a los menores, diversidad y la idea de una “nueva escuela”.
La responsabilidad del Ministerio de Educación es enorme, pues debe liderar un proceso crucial para el futuro del país, a la luz de los enormes cambios tecnológicos y sociales de dimensión global. Bien vale la pena preguntarse si la UNE ha cambiado lo suficiente para acompañarlo en este reto y qué peso tendrá en las decisiones que se concreten.