Lyzbeth Badaraco. La pianista cursó estudios de cuarto nivel en el Conservatorio Superior Liceu de Barcelona. Jenny
Villafuerte. Reconocida jazzista y docente de música de la Universidad Católica de Guayaquil. Geovanna Badaraco
Se graduó como violinista, luego se cambió al bajo eléctrico. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Lyzbeth Badaraco se preguntó cómo sonaría llevar a la música una sensación corporal, luego de su primer encuentro con la nieve, a los 22 años. Y la respuesta musical es Geneva, un tema del género jazzístico, que abre su primer disco, un instrumental con ella al piano y en compañía de guitarrista, baterista y contrabajo.
La pianista guayaquileña ha creado composiciones originales en el disco de jazz ‘93’ inspiradas en leyendas locales como las de Guayas y Quil. En Cartas a Medardo musicalizó los últimos momentos de vida del poeta decapitado Medardo Ángel Silva, antes de suicidarse por amor. El disco incluye dos temas vocales, sus versiones de los temas ecuatorianos Vasija de barro y Caballito Azul, del maestro Alex Alvear.
Badaraco, quien tiene su cuartero, integra también el B2V Jazz Trío en el que complementa el sonido de su piano con el contrabajo de su hermana, Geovanna Badaraco, y la voz de la cantante Jenny Villafuerte. El Badaraco Villafuerte B2V Jazz Trío celebrará el Día Internacional del Jazz con un concierto gratuito previsto para mañana, a las 19:00, en el Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN) de Guayaquil, junto al CEN Jazz Ensemble y al coro Jazz Voices.
“El disco lleva por título el año de mi nacimiento y es una recopilación de lo que he vivido y escuchando, de una serie de historias y sensaciones”, explica la pianista, que en ‘93’ quiso también “regresar a los orígenes” y dialogar en ciertos temas con géneros nacionales como el san juanito y el danzante. “El jazz es el único estilo que me dejaba componer en tiempo real a través de la improvisación, eso me atrapó, además de la capacidad que tiene para contar una historia y lo elegí como un vehículo de expresión personal”, dice.
El jazz nació como una forma de expresión entre los esclavos negros de Nueva Orleans en el siglo XIX. En el año 2011, la Organización de Naciones Unidas instauró el 30 de abril como Día Internacional del Jazz y destacó en sus consideraciones que el género fomenta la igualdad de género, promueve la innovación artística, la improvisación y la integración de músicas tradicionales en las formas musicales modernas.
La cantante Jenny Villafuerte, voz del grupo y quien tuvo como alumnas a las hermanas Badaraco en la carrera de música de la Universidad Católica de Guayaquil, dice que el estilo musical lucha contra una suerte de prejuicio que lo vincula falsamente con el elitismo o con grupos reducidos. Por su experiencia en la cátedra, destaca también al género como un eje formativo con la capacidad de irradiar a toda la escena de la música contemporánea.
“El jazz nos permite ser más libres, te da las herramientas para que puedas construir una musicalidad con el carácter que quieras, con tu personalidad y un sonido propio”, dice Villafuerte, que con el trío canta temas populares del jazz como Cry me a river. También ha interpretado Vasija de barro en la versión de su colega de trío.