La prolongación de la av. Simón Bolívar tiene redondeles y pasos elevados que ayudan a una circulación vehicular. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Mejorar las condiciones del tránsito en la ciudad es uno de los retos para el ganador de las elecciones para la Alcaldía, que se realizarán el 24 de marzo próximo.
La Epmmop informó que el 80% de vías del Distrito Metropolitano de Quito ya cumplió su vida útil. Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) certifica que un diseño inadecuado de las vías o la falta de mantenimiento causan problemas en el flujo vehicular. Además, que un pavimento en mal estado y, más con baches, significa mayores restricciones de capacidad vial y aumenta la congestión, así como lluvia acumulada en la calzada.
Para paliar esa problemática, se aplica desde el 2017 el Plan Obras Viales 24/7 y desde el 2014 se ha realizado el mantenimiento en alrededor de
3 000 kilómetros de calles. En la ciudad, la red vial alcanza unos 11 000 kilómetros.
Quito ocupa el puesto 26 en el ranking Inrix, entre 200 ciudades afectadas por los problemas de flujo vehicular. Además, es la número 12 del continente americano. El estudio también establece que en Quito se pierden 173 horas al año en los trancones en las calles.
Según Mario Villagómez, experto en movilidad, 4,5 millones de viajes al día van desde el norte, el sur y los valles hacia el hipercentro (entre la Río Coca y El Ejido). Él considera que se debe construir infraestructura que agilice, puesto que entre más semáforos y agentes haya en las vías, más demoras. Por eso cree que hay que buscar alternativas a vías como la Occidental (Mariscal Sucre), en donde los semáforos abundan, a pesar de que fue concebida como periférica.
Villagómezagrega que hace falta aumentar y mejorar corredores norte sur, además de entradas y salidas hacia los valles, como el de El Trébol y el túnel Guayasamín. Este último recibe 40 000 vehículos por el día y el peaje entorpece el flujo. Villagómez cree que urge reemplazar el actual modelo por un peaje dinámico, es decir, que no haya necesidad de parar. Así se podría atacar el principal problema: las vías en Quito están colapsadas porque cada vez el volumen del tránsito es mayor que la capacidad vial.
“La obra física es una variable de una ecuación de la movilidad. La otra es el modo de transporte: bus, moto, taxi, etc. Y la tercera es la gestión, que incluye el control y administración de vías”, señaló. Son los puntos que debe considerar el alcalde que desde mayo dirigirá la ciudad por cuatro años.
En los últimos tres años se invirtieron USD 159,3 millones en cinco obras viales y 13,7 millones más en la reconstrucción estructural de los 21,5 km de la av. Interoceánica, que va desde Quito a Pifo.
Los intercambiadores de la Granados y de Carapungo buscan optimizar la movilidad en zonas antes más complicadas. En el primero, se redujeron los tiempos de viaje en 15 minutos, en horas pico, y hasta siete minutos en horas valle. En este distribuidor de tránsito confluyen la Eloy Alfaro, De los Granados y Río Coca, 10 rampas y tres pasos deprimidos.
En esa zona, el jueves pasado en la mañana el tránsito fue fluido. El semáforo estuvo en rojo por más de un minuto. En ese lapso, una columna de carros de dos cuadras se formaba. Algunos iban lento.
Samantha Lema va por ahí a diario. Dice que hay más tráfico desde las 17:00, cuando los autos tardan 10 minutos entre salir del paso deprimido y llegar al redondel del Ciclista. Marlon Suntaxi agrega que desde las 06:00 hay problemas y cree que es por el tiempo que tarda el semáforo en pasar a verde.
El intercambiador de Carapungo cuenta con dos pasos inferiores y uno elevado y siete rampas para facilitar el ingreso a Carapungo, Marianas, Calderón, etc., para conectar a quienes deben ir a la av. Simón Bolívar y para permitir que quienes van por la ‘Pana’ Norte hacia Guayllabamba e Imbabura puedan hacerlo más rápido. Con esta obra, el paso por este sector que podía tomar hasta 45 minutos bajó a cinco.
Otras vías como la av. Manuel Córdova Galarza, también tienen una nueva ruta de desfogue a través de la prolongación de la av. Simón Bolívar, que conecta precisamente con el intercambiador de Carapungo. Se trata de una vía con tres carriles en cada sentido, seis redondeles y los puentes de Los Pájaros y Villorita.
La solución vial Charles Darwin, en la Armenia (valle de Los Chillos) y la calle Carapungo, que conecta a Llano Chico y Llano Grande, se construyeron para mejorar el flujo dentro de las parroquias rurales de Conocoto y Calderón.