En ninguna otra parte del país viven tantas personas en un kilómetro cuadrado como en La Libertad. 4 600 personas ocupan ese espacio.
Sus dos calles principales aparecen saturadas por el activo comercio y las autoridades dicen que ya no tienen hacia dónde expandirse en su territorio de 25 km2.
Para los técnicos en demografía, son demasiados habitantes, si se considera que la media mundial es de 53 personas por cada km2. Por esa razón, La Libertad es el cantón más densamente poblado del país.
Tener esa condición no es un problema en sí, pero lo es cuando se crece de forma descontrolada, sin planificación urbana, se toman los espacios verdes o se invade la frontera agrícola.
La mayoría de los cantones y ciudades ecuatorianas adolece de esos males urbanos, que incluye el déficit en la atención de los servicios básicos, como agua potable.
La Libertad, así como su vecina Salinas (el segundo cantón del país más denso en población), ofrece oportunidades para trabajar en los desafíos que plantea esa concentración de habitantes.
Por eso, la planificación del crecimiento de los dos cantones de Santa Elena es clave para evitar el hacinamiento y otorgar mejores condiciones de vida a sus pobladores.
Esa tarea también es determinante en Durán (Guayas), Huaquillas y Machala (El Oro), que están entre los primeros cinco cantones del país con una gran cantidad de habitantes en pequeños territorios.
Las nuevas autoridades de los gobiernos seccionales (también nacionales), que se elegirán el siguiente mes, contarán muy pronto con información actualizada con el nuevo censo de población y vivienda, que se desarrollará el próximo año.
Los resultados seguramente estarán listos a fines de ese año, aunque en este momento se cuenta con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos, que pueden ser una herramienta útil para los nuevos alcaldes y prefectos.