El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, tardó hoy poco más de cinco minutos antes de soltar un “¡boberías!” para calificar las posiciones en política exterior de su rival republicano, Paul Ryan, en el primer y único debate entre aspirantes a la vicepresidencia de la carrera electoral.
Como “bobadas” desechó un Biden que por momentos apenas podía contener la risa ante las palabras de su rival las acusaciones de Ryan acerca de que el gobierno del demócrata Barack Obama no ha hecho lo correcto en Libia, Afganistán, Irak o un Irán que afirmó cada vez está más cerca de un arma nuclear por la falta de “liderazgo” estadounidense en el mundo bajo el gobierno de Obama.
“Con todo respeto, todo eso es una sarta de bobadas”, interrumpió Biden cuando Ryan afirmó que no les ha plantado cara a los “mullahs en Irán”, a Bashar al Assad en Siria o de errar en su reacción al asesinato del embajador Chris Stevens en Bengasi, Libia, entre otros. “Ni una sola cosa que dice es correcta”, insistió el vicepresidente demócrata, que acusó directamente “al congresista aquí”, en referencia a Ryan, de haber sido el responsable entre otros de “recortar el presupuesto para seguridad diplomática en más de 300 millones de dólares de lo solicitado” para ahora acusar al gobierno de fracasar en la defensa de los diplomáticos norteamericanos.
La muerte del embajador Stevens y otros tres estadounidenses en un ataque al consulado de Bengasi se ha convertido en la última arma arrojadiza de la campaña electoral, en la que los republianos acusan al gobierno de Obama de haber reaccionado mal, tarde y de forma “confusa” al incidente sucedido justo hace un mes.
“Le llevó dos semanas al presidente reconocer que esto fue un ataque terrorista”, subrayó Ryan. “Primero le echaron la culpa a un video en YouTube, ahora están intentando echarle la culpa a la candidatura Romney-Ryan por sacar el tema”, agregó. Biden, que calificó los hechos de “tragedia”, aseguró una vez más que el gobierno “llevará a los responsables ante la justicia”. “Y llegaremos al fondo del asunto, no importa a dónde nos lleven los hechos, porque cualquiera que sean los errores cometidos, no los volveremos a cometer”, agregó un día después de que una comisión del Congreso pusiera a altos funcionarios contra las cuerdas por no haber proporcionado suficiente seguridad al personal diplomático en Libia.
El duelo entre el veterano Biden, de 69 años, y Ryan, de 42, en Danville, Kentucky, está siendo seguido con especial atención debido a la desastrosa actuación de Obama una semana atrás en su primer debate contra su rival para la Casa Blanca, Mitt Romney, en los comicios del 6 de noviembre. Según analistas, los demócratas necesitan que Biden presente una buena imagen -y sobre todo más agresiva que Obama- para poder recuperarse en unas encuestas que los últimos días se han inclinado a favor de los republicanos.
Un hecho al que un Ryan constantemente interrumpido por su contertulio aludió en un momento del cada vez más agitado debate. “Sé que está bajo mucha presión para recuperar terreno perdido”, ironizó a un Biden que, en esa ocasión, ocultó la sonrisa que lució durante buena parte del debate. La tensión sin embargo no bajó, sino todo lo contrario, cuando la moderadora del primer y único duelo vicepresidencial pasó a política doméstica, un terreno que ha enfrentado más aún a demócratas y republicanos durante la carrera presidencial y aun antes.
Los republicanos “hablan de esta Gran Recesión como si hubiera caído del cielo como preguntándose, ¿o dios mío, de dónde vino? Pues vino de este hombre que votó a favor de poner dos guerras en una tarjeta de crédito, mientras al mismo tiempo ponían beneficios médicos en la misma tarjeta de crédito, así como un recorte impositivo de un billón de dólares para los ricos”, acusó Biden.
“Yo estaba allí, dije que no podíamos permitírnoslo. Y ahora de pronto estos tipos están tan preocupados con una deuda que ellos crearon”, ironizó Biden. Ryan, por su parte, le recordó que Obama gozó de un Congreso con mayoría demócrata por dos años que aprobó un multimillonario estímulo que prometieron nunca permitiría que el desempleo superara el 8 por ciento. “Y estuvo por encima del 8 por ciento durante 43 meses. dijeron que si lo aprobábamos la economía crecería a más del 4 por ciento y está creciendo a 1,3 por ciento”, rebatió.