El cantante y compositor británico, Ed Sheeran, es uno de los artistas que se opone al Brexit. Foto: Facebook Ed Sheeran
Saben lo que significan para el Estado. Por ello, los prestigiosos sectores de la cultura y el entretenimiento en Reino Unido han alertado incansablemente sobre la salida de la Unión Europea (UE).
Artistas, estrellas del pop, así como museos, la industria del cine y la televisión están prácticamente en contra del Brexit. Pero lo que indigna especialmente a los creadores es que su voz apenas se escuche.
De acuerdo con datos oficiales, el sector cultural contribuye anualmente con unos 90 000 millones de libras (100 343 millones de euros) a la economía británica. Según la Federación de Industrias Creativas (CIF, por sus siglas en inglés), solo estas cifras deberían bastar para justificar la importancia que tiene el sector.
“Necesitamos urgentemente una mayor claridad sobre la forma de las futuras relaciones culturales”, dijo el director de la CIF, Alan Bishop. Para Tony Lennon, del sindicato BECTU, que representa a trabajadores de los sectores de radiodifusión, entretenimiento, teatro y comunicación, el acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May no contiene “declaraciones concretas”.
“El salto a la incertidumbre se aplaza simplemente hasta 2020 y todas las cuestiones importantes se quedan en el aire”, dijo Lennon. Pero las cosas podrían ponerse aún más difíciles. Reino Unido tiene previsto abandonar la Unión Europea el 29 de marzo de 2019. En noviembre los 27 países restantes del bloque aceptaron el acuerdo de Brexit. La clave es una fase de transición hasta al menos finales de 2020 en la que prácticamente no cambiará nada.
Sin embargo, no se descarta una salida unilateral en caso de que el Parlamento británico rechace el acuerdo en la votación del martes. En ese caso, los expertos cuentan con que se producirán relaciones caóticas en todos los ámbitos de la vida.
“Estamos a punto de cometer un fallo grave”, alertó el rockero Bob Geldof en una llamada apoyada, entre otros, por el cantante Ed Sheeran y el director de orquesta Simon Rattle. El gigantesco potencial de la escena musical británica se silenciará en una “prisión cultural construida por nosotros mismos”, señaló Geldof. También hay algunas voces que sueñan con una “nueva internacionalización en la cultura”.
La política cultural Munira Mirza ve en la ampliación de la cooperación con “países fuera del bloque proteccionista de la UE” nuevos horizontes para el intercambio cultural que refleje de manera realista las relaciones sociales y étnicas en Reino Unido. Lo que más moviliza a la escena artística y cultural son las preguntas sobre la libertad tras el divorcio, así como los elevados costes, las trabas burocráticas y las demoras en el transporte de equipos para giras y festivales.
BECTU teme que la obligación de sacar un visado, la aplicación de una regulación más estricta, los impuestos y los controles aduaneros podrían “ahogar el acceso al mejor talento”.
Según la CIF, el nuevo sistema de visado al que aspira Reino Unido, según el cual los ciudadanos de la UE tendrán que hacer cola con todos los demás y rellenar documentos sobre contratos de trabajo y salario mínimo, a menudo no es posible de cumplir por parte de los trabajadores del sector del arte y el entretenimiento. Las voces que piden un trato de favor y la asignación de un “pasaporte de turista” cobran fuerza.
Para la CIF, el sector de la producción cinematográfica y televisiva podría verse especialmente perjudicado por el Brexit, debido a que en él trabajan muchos ciudadanos de países del bloque.
El éxito del sector se debe en primer lugar al acceso al mejor talento, dijo a The Guardian, Phil Dobree, director de animación gráfica de la productora Jellyfish.
“Estas personas están altamente cualificadas y están muy demandadas. A menudo trabajan con contratos temporales. Por ahora, todavía podemos contratarlas de un día para otro”, añadió.
A ello habría que añadir la pérdida de la ayuda económica de la Unión Europea para arte y entretenimiento, que según el Arts Council England asciende a unos 40 000 millones de libras (unos 44 400 millones de euros.
Para Nicholas Serota, presidente del Arts Council y exdirector de las galerías de arte Tate, no se trata de dinero. La mayoría de las organizaciones culturales colaboran con socios en la Unión Europea.
“La cultura siempre ha tenido una influencia esencial en nuestro ‘soft power‘. Está claro que el intercambio artístico que surge de la cooperación internacional ha contribuido a nuestro éxito.”
De acuerdo con datos de Bernard Donoghue, presidente de la Asociación de Atracciones Turísticas Líder (ALVA), hasta el momento el Gobierno solo se ha comprometido vagamente a hacerse cargo de las ayudas económicas de la Unión Europea.
“Hay declaraciones de intenciones, pero no se han establecido cantidades concretas” dijo Donoghue a la revista mensual publicada por la Asociación de Museos. Según sus datos, la fuga de cerebros en la cultura continúa.
“Ya estamos observando una fuga de cerebros de trabajadores cualificados del ámbito de la cultura, la ciencia y el diseño. La gente se marcha porque no sabe si seguirá teniendo trabajo después de marzo de 2019″, dijo Donoughue.