La atleta Anahí Suárez, el gimnasta Joshua Calvache y la judoca Edith Ortiz, de Pichincha, exhiben las medallas que lograron en los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se realizaron en Buenos Aires. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El proceso así lo indica. La atleta Anahí Suárez, el gimnasta Joshua Calvache y la judoca Edith Ortiz participaron con éxito en sus primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires. La proyección inmediata es la consecución de un cupo a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, como una alternativa, pero con mayor seguridad para París 2024.
“Después de todo lo que vivimos, el objetivo es ese. Competimos con los mejores del mundo y fue ocasión para aprender mucho de ellos”, detalló Joshua Calvache, de 16 años.
En su pecho lucía la medalla de plata que la ganó en las competencias por equipos. La organización conformó equipos de 12 gimnastas de diferentes nacionalidades, en Buenos Aires, en octubre pasado. Todos debieron cumplir con sus rutinas de piso, arzones, anillas, salto del caballete, barras paralelas y fijas. El quiteño sumó puntos para, al final de la prueba, quedar segundo.
“Este deporte me gusta por toda la adrenalina que genera. Todos los días se aprende algo y hay que perfeccionar un salto o un giro”. Tenía 5 años cuando ingresó a los cursos vacaciones de gimnasia. Lo que no sabía en ese momento es que se iba a enamorar de esta actividad, que el gimnasio se iba a convertir en su segundo hogar y que se convertiría en el mejor gimnasta del país.
Ha ganado títulos nacionales, Juegos Nacionales y también ha sido medallista sudamericano. “Quiero volver a una competencia olímpico. Tokio 2020 es muy pronto para mí, pero París 2024, son los Juegos a los que quiero llegar con la opción de buscar puestos importantes”.
La timidez de la atleta Anahí Suárez, de 17 años, ya desapareció. Antes de los Juegos Olímpicos de la Juventud sentía nervios cuando le prendían una cámara o una grabadora. Hoy le faltan palabras para contar toda la emoción que siente.
“Ha sido un año increíble. Estuve en dos Mundiales, gané medallas en un Iberoamericano y en el Sudamericano Sub 20 fue campeona”, expresa con emoción. La imbabureña que ahora defiende los colores de Pichincha terminó con una medalla de bronce en 100 metros en los Juegos Olímpicos de los jóvenes.
Por dos años practicó el atletismo en Imbabura, y en septiembre del 2017 fue invitada a entrenarse con Ángela Tenorio, Marizol Landázuri y Álex Quiñónez, los mejores velocistas del país. Dijo que sí de inmediato.
“En un año mejoré notablemente mis marcas”. Cuando comenzó a mirar sus progresos, ya le conocían como la segunda ‘Ángela Tenorio’, le parecía que la gente exageraba, “pero ella mismo me dijo que con trabajo y esfuerzo se consiguen triunfos”.
Hoy es la consentida de Ángela, Marizol y Álex. Es la hermana menor del grupo al que hay que guiar y aconsejar. “Todos me escriben antes de competir y todos me felicitan por los resultados”.
Su entrenador es el cubano Nelson Gutiérrez, quien “no se cansa de felicitarme. Él fue el primero que confió en mí”.
Ganó una medalla inédita en el atletismo de velocidad y la Confederación Sudamericana de Atletismo la bautizó la revelación del 2018 en la velocidad.
Cuando volvió de Buenos Aires lo primero que hizo fue ir a Ibarra para visitar a su mamá y a sus hermanos menores Jeila, Jean Carlo y Danna, a los que no veía desde hace dos meses. “Estaban felices, me habían visto por la televisión. Siento que soy un ejemplo para ellos”.
Este año empezó con una marca de 12 segundos para los 100 metros. Al finalizar el año, su marca bajó a 11:28. El próximo año irá al Mundial Senior en Catar y al de Relevos.
Edih Ortiz, de 17 años, logró su medalla de bronce en el judo olímpico por equipos. En el tatami (colchoneta) es una deportista técnica. Con mucha fuerza y concentración. Fuera de él, una adolescente que sonríe mucho, y que sabe a dónde quiere llegar.
“Quiero ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de París 2024 y luego incursionar en las artes marciales mixtas”.
Así de decidida. Su padre la apoya, “a mi mamá solo le preocupa que estudie, que cumpla con mis tareas”.
Estudia en el colegio Mejía pero, por más que los profesores le ayudan, “creo que es imposible seguir allí, porque paso concentrada en Guayaquil, la opción es continuar en un colegio a distancia”. Le encanta lo que hace, por eso, vivir en el Puerto Principal le agrada. “Entrenamos en dos y tres sesiones en el día, contamos con un cuerpo técnico, fisioterapeutas y nutricionista”.
Edith hace énfasis en el trabajo del nutricionista. Decidió incursionar en el judo porque “estaba gordita para taekwondo”. Esta última actividad practica su padre.
En los Olímpicos compitió en la categoría de los 78 kg. El próximo año quiere competir en los 63 kg, donde quiere lograr la medalla de oro en el Mundial Juvenil.
Espera repetir las giras por América y Europa, como lo hizo este año, pero claro, primero deberá someterse a una intervención quirúrgica en su rodilla derecha, esta semana.