Los organizadores de la FIL rinden homenaje a la provincia de Esmeraldas porque destacan que la región establece un vínculo con lo más esencial de la identidad ecuatoriana. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
La presencia cultural, gastronómica y artística de Esmeraldas enriqueció a la XI edición de la Feria Internacional del Libro y la Lectura Quito 2018. Danzas esmeraldeñas y ancestrales, grupos de marimba, música fusión, conferencias, poesía, exposiciones, artesanías, y dulces típicos de la provincia verde no pasaron desapercibidos para los asistentes.
Cuando la esmeraldeña de 47 años Mariana Quiñónez se enteró que su provincia sería la invitada de honor en la FIL, programó inmediatamente la agenda para asistir con toda su familia. Ellos residen en Quito desde hace doce años. Destaca la importancia de generar estos espacios donde las diferentes culturas de Ecuador se encuentran y compartan entre sí. Afirma que, en Quito, son muy pocos los espacios que le recuerdan a Esmeraldas.
Tras bailar al ritmo de la danza esmeraldeña de niños de la Unidad Educativa Alfonso Quiñonez asistieron al evento Décimas y Poesía Esmeraldeña, a cargo de Washington Ortiz y Rebeca Hurtado. No quisieron perderse nada que les recuerde y traslade a la cultura de su tierra natal.
De su parte, otros asistentes se deleitaban de cocadas negras, blancas, dulces típicos y batidos frutales que las ‘caseritas esmeraldeñas’ ofertaban con una gran sonrisa en su rostro. En otro estand los asistentes admiraba y compraba las artesanías y recuerdos hechos a mano por talentos de la provincia verde.
Los organizadores de la FIL rinden homenaje a la provincia de Esmeraldas porque destacan que la región establece un vínculo con lo más esencial de la identidad ecuatoriana. Este territorio de voces profundas y sonoras como las de Adalberto Ortiz, Antonio Preciado, Nelson Estupiñán, Papá Roncón, Petita Palma, entre otros, llenan el territorio nacional de ancestralidad.