Los países miembros de la CBI descartaron con una contundente mayoría de 41 contra 27 votos la propuesta japonesa durante su reunión anual que termina este viernes en Florianópolis, en el sur de Brasil. Foto: Archivo AFP
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) rechazó este viernes 14 de septiembre de 2018 con una clara mayoría un pedido de Japón para levantar una moratoria a la caza comercial de ballenas y mantuvo en pie la prohibición vigente desde hace 32 años.
Los países miembros de la CBI descartaron con una contundente mayoría de 41 contra 27 votos la propuesta japonesa durante su reunión anual que termina este viernes en Florianópolis, en el sur de Brasil.
Dos Estados se abstuvieron en la votación, considerada como crucial para el futuro de la protección de las ballenas. Japón necesitaba una mayoría de tres cuartos para que su solicitud fuese aprobada.
Organizaciones medioambientales que participaron en la reunión celebraron el “gran resultado” de la votación, después de que durante la semana creciera el temor a que la reunión, que comenzó el lunes, pudiera acabar con la veda de caza vigente desde 1986.
“La propuesta de Japón en este año era altamente peligrosa y por eso estamos muy aliviados”, señaló Sandra Altherr, del grupo Pro Wildlife. “El resultado hoy fue más que claro”, celebró. “La señal es clara y correcta: ni un palmo a los cazadores de ballenas”, consideró Thilo Maack, de Greenpeace.
La iniciativa de Japón, una nación con una fuerte industria pesquera, dominó este año los debates de la CBI. Pese a la veda, el país asiático es de los que más cazan ballenas en el mundo gracias a excepciones por “motivos científicos” contempladas en la actual normativa internacional.
La propuesta de Japón contó con el apoyo de Noruega e Islandia, también naciones con fuerte tradición pesquera, y de algunos países africanos, caribeños y del Pacífico Sur. Varios países latinoamericanos y la Unión Europea abogaron, en cambio, por la protección de ballenas.
El fracaso de Japón para volver a abrir formalmente la puerta a la caza comercial de cetáceos se había empezado a cristalizar el jueves, cuando la CBI aprobó la llamada “Declaración de Florianópolis”, que ponía la protección de las ballenas en el centro de interés del foro.
Grupos ecologistas celebraron la declaración como un cambio de paradigma de la CBI. “Nadie necesita hoy un foro internacional que entrega a las ballenas a su sacrificio con fines comerciales”, dijo hoy Maack, que pidió también normas más rigurosas.
“La CBI tiene que cerrar por fin los resquicios obvios que permiten que las ballenas sean cazadas por supuestos fines científicos“, exigió. Durante la reunión en Florianópolis, por otro lado, fracasó a mitad de semana una propuesta de Brasil para crear un santuario de ballenas en el Atlántico Sur.
El gigante sudamericano, que se beneficia del turismo para avistar cetáceos en el mar, aboga desde hace tiempo por esa medida. Pese al fracaso de esa iniciativa, la CBI se decantó en su ‘Declaración de Florianópolis’ a favor del “turismo ballenero” como único uso comercial para esos animales.
Japón, Noruega e Islandia son los tres únicos países que aún cazan ballenas a gran escala. Pueblos indígenas de Groenlandia, Rusia y Estados Unidos, entre otros países, tienen cuotas que les permiten la caza limitada según sus tradiciones culturales. Según Pro Wildlife, la flota japonesa mata unas 450 ballenas al año. Los pescadores noruegos cazan entre 600 y 700, los islandeses unas 200.