Patricia Estupiñán, editora general de revista Vistazo, considera que las esferas oficiales se niegan a investigar casos que involucran a cercanos al Gobierno.
En su columna de Vistazo, dice que últimos escándalos de corrupción pasarán a la memoria periodística sin que se haya sancionado a nadie, ¿por qué ese pesimismo?
Tengo ese pesimismo porque se niega en las esferas oficiales a investigar los casos. No sé si es verdad lo del señor de Radio La Luna (Paco Velasco), ni lo de Irina Cabezas (ambos asambleístas de Alianza País). ¿Por qué archivar los casos? Aquí sí cabe: para mis amigos todo, para mis enemigos la ley… diferentes varas de medir.
¿Ocurre porque los organismos de control no investigan o la sociedad civil perdió la capacidad de reacción?¿Qué puede hacer la sociedad civil ante los escándalos, a más de denunciarlos? Es a la justicia la que corresponde el análisis, no es ni a la prensa. Pero a la justicia le mece la balanza del dinero o el poder. Ocurre porque la pezuña de la política está ahí, entonces los jueces se deben a los nombradores. Es terrible que como país, que votamos porque haya un cambio y otra la forma de nominar la justicia, volvamos a lo mismo a través de una consulta popular.
Ya no se ve la misma reacción de la sociedad como con la ‘Pichi Corte’, los plantones y cacerolazos, ¿por qué?
Muchas de esas personas que protestaron están en el Gobierno y eso es lo triste. Los peores reaccionarios son los revolucionarios cuando llegan al Gobierno. El poder es como un afrodisíaco que les hace olvidar el resto de las cosas y las promesas; creo que eso es en parte lo que está pasando.
¿O talvez la corrupción toca varias esferas de poder?
El país es corrupto, esa es una realidad, siempre nos rasgamos las vestiduras cuando los informes de Transparencia Internacional dicen que tenemos 2 sobre 10 de calificación. Pero en todas las instancias se encuentra el camino, es nuestra cultura, y nos hemos acostumbrado a disculpar.
Y a decir que hay cosas peores, ¿no hay reacción?
Lo que ha ocurrido en la Corte Constitucional es como si hubiéramos manchado la Catedral, porque el conflicto de intereses no es ético, es una forma de corrupción. Pueden argumentar que no violaron la ley, pero hubo conflicto de intereses.
Según la Cervecería Nacional no conocía la relación entre su abogado y el secretario de la Corte Constitucional.
Esa es la versión de la Cervecería, pero ¿la Corte no sabía que el hermano del secretario era quien movilizaba el caso? Hay la denuncia en Vistazo del juez (Alfonso Luz) que a él lo presionaban para que dé la firma. Si la empresa era ignorante, hay que darle el beneficio de la duda, pero es evidente un conflicto de intereses, que contribuye a la corrupción. Me indigna es la falta de ética, no hablemos de legalidad.
Uno de los ejes de la revolución ciudadana era la lucha contra la corrupción, ¿cree que se está cumpliendo?
No se está cumpliendo en el momento que no se investiga a personas cercanas al Gobierno. Cómo es posible que una asambleísta, ante una denuncia en su contra, solo dé la información a los medios oficiales.
¿El problema es que el Gobierno ha concentrado a los grupos sociales?
Creo que volvemos a lo que siempre es: a todos nos encanta la verdad desnuda, siempre que sea la de otros y no la de uno.
¿Se ha desmovilizado la protesta social?
Sí, vía ‘bonocracia’.
¿También los ataques y las acusaciones de terroristas generan temor?
Claro, si tenemos tanto apego a los derechos humanos y cristianos, debemos eliminar ese artículo que fue creado por las dictaduras. El poder transforma a las personas y saca lo peor de ellos.