Ricardo Ulcuango Farinango, nuevo embajador en Bolivia
Lo que hizo
Ricardo Ulcuango aceptó ser el embajador de Rafael Correa ante el Gobierno boliviano. Lo hizo pese a la abierta oposición que la dirigencia indígena ha declarado a Carondelet y sus políticas.
Lo que dijo
“A la dirigencia indígena quisiera decirles que aterricen los verdaderos requerimientos de las comunidades, que están necesitando educación, más atención a la salud, tierra, agua”.
Su trayectoria
Tiene 45 años y es miembro de la Ecuarunari, la filial más radical de la Conaie. Fue su vicepresidente y fue electo diputado cuando Pachakutik se alió con Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez, en 2003.
La designación de Ricardo Ulcuango como embajador en Bolivia demostró que el gobierno de Rafael Correa no le pierde la pista a la Conaie. Y que la organización indígena más grande del país sigue siendo permeable a la política clientelar de los mandatarios de turno.
Ni siquiera ha habido un pacto de no agresión entre Carondelet y la Conaie, menos un acercamiento en términos formales.
Sin embargo, el canciller Ricardo Patiño y su mano derecha, Kintto Lucas, fueron lo suficientemente convincentes para lograr que Ulcuango, uno de los dirigentes indígenas más radicales del Ecuador, les dijera sí. De este modo, la dirigencia de la otrora poderosa organización se quedó sin más argumentos que el asombro y la molestia.
Ulcuango pasó de ‘cuadro histórico’ a diplomático y, si los discursos políticos de las últimas horas son sinceros, ese cambio generó la molestia de Humberto Cholango, actual presidente de la Conaie, amigo personal del flamante embajador, pariente político y, sobre todo, su delfín.
Es necesario regresar 11 años y entender lo que significó la relación Ulcuango-Cholango. Cuando cayó Jamil Mahuad, el 21 de enero del 2000, Ulcuango era vicepresidente de la Conaie. Como líder cayambi era la cuota de los indígenas de la Sierra. Ulcuango escoltaba a Antonio Vargas, el líder amazónico que fue triunviro ese 21 de enero, luego candidato de los indígenas evangélicos y, finalmente, ministro de Lucio Gutiérrez.
Hacia el 2001, cuando la Conaie mantuvo a Vargas y a Ulcuango en poder, Cholango se destacó como líder de juventudes. Él también es del pueblo cayambi y cuñado de Ulcuango.
Tras su paso por la Conaie, Ulcuango llegó Congreso por Pachakutik, en los años en los que Gutiérrez era presidente. Fue un abierto contradictor de ese gobierno y una de las voces indígenas que denunciaba la política de división indígena del PSP.
Los indígenas se entusiasmaron con la llegada de Rafael Correa al poder. Prefirieron no darle un apoyo electoral abierto en las elecciones del 2006, pero cuando este captó la Presidencia hasta le entregaron un bastón de mando y aceptaron un mínimo espacio de colaboración.
Hacia el 2009, la ruptura entre Correa y la Conaie fue total. Descontentos por la forma en la que Alianza País concebía la Ley de Aguas, así como su posición en temas trascendentales para su agenda histórica como la explotación de recursos no renovables, la ecología, la educación intercultural y la comunicación, motivaron a finales de ese año una protesta indígena que, ni de lejos, tuvo la fuerza del pasado.
Sin embargo, con la muerte de un dirigente de Morona Santiago, la Conaie denunció el proyecto autoritario de Correa. El Presidente fue a una fracasada mesa de diálogos, advirtiendo que su relación con los indígenas es directa. Así, desestimó a la Conaie como ‘institución’, recriminándola por sus apetitos burocráticos y su ánimo de bloqueo.
Desde entonces, la cúpula de la Conaie y de Pachakutik ni saludan con Correa. Y Cholango, ahora como presidente de la organización, ha tenido que hacer frente a estas tensas relaciones. Si bien Ulcuango se ha retirado de la dirigencia activa, siempre se lo ha considerado como un cuadro comprometido con la Conaie.
Pero el Gobierno ha sabido persuadir. Pesaron poco el radicalismo de Cholango, la oposición de Lourdes Tibán y la política clientelar oficial que, desde hace dos años, busca entregar frecuencias a las comunidades.
Ulcuango ha dicho muy poco sobre las denuncias de la Conaie frente a las acusaciones del Régimen y de la Fiscalía contra varios dirigentes, que han terminado en expedientes por terrorismo.
Pese a todo ello, Ulcuango le dijo sí a Patiño; ambos se tomaron fotos, el martes, en la plaza central de Cayambe, a propósito de su posesión simbólica. Cholango advirtió al presidente boliviano Evo Morales que el nuevo Embajador no tiene el apoyo de la Conaie. Pero el Canciller anunció el miércoles en el informe a la Nación que seguirán nombrando indígenas y afrodescendientes como diplomáticos. ¿Cuántos más saldrán de la Conaie?