Hemos formado parte del selecto grupo que ha visto ‘Deadpool 2’ antes de su estreno este 18 de mayo, y aquí estás las cinco razones que les damos para correr al cine a ver la segunda parte del ‘superhéroe’ -con comillas- más cínico de Marvel:
1. Risas de principio a fin
Es imposible no parar de reír con esta comedia, o expresado con más propiedad, con esta farsa en que el protagonista no deja de lanzar chistes, mofas e ironías. Desde los créditos del inicio hasta los del final, las bromas se disparan con la misma intensidad que la metralleta de Cable. Es más graciosa que la película anterior y no deja de burlarse de todos, de los personajes de Marvel, de los de DC y de los mismos integrantes del elenco y la producción. Las referencias son tan abundantes, que haría falta un libro entero para explicarlas todas. También es más vulgar, más morbosa, sin miedo al qué dirán.
Video: YouTube. Cuenta: 20th Century Fox
2. Acción abundante y sangre a cascadas
La violencia conforma, junto al humor cínico, el otro sello característico de Deadpool, quien no escatima en matar como si fuera un actor al servicio de Quentin Tarantino. Hay sangre a borbotones. Pero también peleas coreografiadas, persecuciones y una línea de acción que, por fortuna, no enreda el desarrollo de la trama. En este rubro, es más creativa que la primera parte, aunque algunas personas, las más impresionables, se taparán los ojos con las manos… ¡pero mirarán a través de los dedos!
Foto: IMBD
3. ¡Aparece el X-Force!
Los lectores de los cómics saben que los X-Force son un equipo menor a los X-Men, alternativo, pero con un amplio historial. En algún momento, Wolverine y Coloso formaron parte del grupo en las historietas. Aquí se presenta una (absurdamente divertida) primera alineación que, ¡nos frotamos las manos!, abre la puerta para ampliar el universo de Deadpool más adelante. Recomendación: no pierdan de vista a Vanisher (esto es una ironía). Ni a Zeitgeist. Pero mucho menos a Domino.
Foto: Marvel
4. El antagonista, a la altura
Cable, el soldado del futuro, lleva una importante carga protagónica y sus armas y motivaciones lo hacen muy interesante; pero no diré más para no arruinar la función. Aunque en realidad el villano es el prejuicio, el miedo al otro, la discriminación. Claro que este mensaje hay que buscarlo muy en el fondo del charco de sangre que queda en el camino.
Foto: IMBD
5. ¡Deadpool se nos pone tierno!
Sí, es verdad que este es un filme que también habla sobre la familia. Es el nuevo Stich: “Ohana significa familia, y tu familia… bla bla bla”. Pero no es para que corran con los niños a ver esta película. Es para mayores de 15 años. Al final, hay un sorpresivo espacio para la ternura que da equilibrio al relato, que en todo caso no deja de ser cínico hasta las escenas de post-créditos, imperdibles.
Foto: IMBD