La agrupación colombiana Bomba Estéreo cerró el festival Saca el Diablo que duró cerca de 10 horas, que se llevó a cabo en la Quinta Lumbisí, Cumbayá, en el oriente de Quito el sábado 28 de abril del 2018. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
En el escenario Li Saumet puede convertirse en energía pura, en diosa de la cumbia sicodélica o en una ‘yogui’ de la champeta cuyos ejercicios de meditación giran alrededor de la cadencia acompasada de los cuerpos para dejar que todo fluya a través del baile.
Ayer (28 de abril del 2018) durante el cierre de la cuarta edición del Festival Saca el Diablo, ese baile estuvo acompañado de la mezcla de los sonidos caribeños y electrónicos que caracterizan a Bomba Estéreo, la agrupación colombiana que está activa desde el 2005.
Para liderar este ‘ejercicio’ de meditación bailable-colectiva Saumet subió al escenario principal de Saca el Diablo ataviada con un vestido largo y un abrigo fosforescente que hacían juego con la diadema de flores amarillas que prendían de su cabeza.
El ritual bailable, que duró cerca de dos horas, comenzó con la interpretación de un set de canciones de ‘Ayo’, el disco que la agrupación lanzó en el 2017, el segundo que grabaron con Sony Music, y que incluye canciones como Química, Vuelve y Siembra.
Cuando el público entró en calor, luego de soportar uno de los días más fríos de abril y más de 10 horas de festival, la agrupación lanzó una set de canciones que conectó a la gente con la propuesta meditativa de Saumet, el meneo incesante de caderas, pies y brazos girando en el aire.
Festival Saca El Diablo
Los asistentes disfrutaron de un show de más de 10 horas. Fotos: Diego Pallero / EL COMERCIO
Swing Original Monks durante el show.
La cantante argentina Juana Molina durante su presentación.
Liliana Saumet, vocalista de la agrupación colombiana Bomba Estéreo durante su presentación.
Los asistentes disfrutaron de varios géneros como rock, cumbia, champeta durante el festival.
El grupo ecuatoriano Swing Original Monks presentó su fusión de ritmos durante la noche.
Otro grupo ecuatoriano, La Máquina Camaleón, fue parte del festival.
Bomba Estéreo fue la agrupación encargada de cerrar el festival.
Todo comenzó con Fuego, el tema que colocó a Bomba Estéreo en el radar del público de toda Latinoamérica, y en el que Saumet desplegó toda su potencia vocal e histriónica.
A esta canción le siguieron éxitos de ‘Amanecer’ el disco que grabaron en el 2015. Al meneo de cuerpos que acompañó a Fuego se sumaron los saltitos y quiebres de cadera que activó Soy yo, una canción que habla sobre la importancia de ser uno mismo sin hacer caso a las críticas.
A esta meditación bailable-colectiva Saumet le agregó un nuevo ingrediente, el amor. Después de mencionar la importancia de este sentimiento en la vida de las personas se despachó con Somos Dos y To My Love, el tiempo de los abrazos y de grabación de videos con el celular había llegado.
Lo que vino después fue un recorrido por temas que aparecieron en discos como ‘Estalla’ y ‘Elegancia Tropical’. Uno de las canciones más meneadas fue Fiesta, el tema que grabaron con el actor y músico Will Smith y que les abrió las puertas del mercado musical de Estados Unidos.
Para el cierre de la presentación Saumet había demostrado que su capacidad como ‘yogui’ de la cumbia y la champeta era innegable. Solo su potente voz y el trabajo impecable de Simón Mejía (bajo y sintetizadores); Andrés Zea (batería); y Julián Salazar (guitarra y sintetizadores) lograron que, pasada la medianoche, los pies y el cuerpo del público se siga moviendo al ritmo de El alma y el cuerpo, el tema que marcó su despedida.