12 personas pudieron salir el miércoles, 27 de diciembre del 2017, por la noche de Guta oriental, una zona rebelde asediada por el régimen sirio cerca de Damasco, muchos menos de los cientos que según la ONU deberían ser evacuados por razones médicas de este enclave, en donde hay una grave crisis humanitaria.
La Media Luna Roja siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) evacuaron el martes por la noche a cuatro pacientes en estado crítico, incluyendo tres niños de Guta Oriental.
Una nueva evacuación de doce personas ocurrió el miércoles, anunció el jueves a la AFP la portavoz del CICR en Siria, Ingy Sedki.
“Ayer (27 de diciembre) evacuamos a 12 enfermos, la mayoría niños, con familiares suyos. La mayoría padece cáncer”, precisó. Serán trasladados a Damasco, la capital.
Así, de momento 16 pacientes de Guta Oriental se han beneficiado de esta operación de evacuaciones sanitarias, pero el CICR espera que otros puedan salir “próximamente”.
En la sede de la Media Luna Roja siria, en Duma, un corresponsal de la AFP vio a el grupo de 12 enfermos, acompañados por sus familiares, esperando la llegada de las ambulancias el miércoles por la noche.
En una de las ambulancias, Abdel Rahman, un bebé de siete meses, se durmió en brazos de su madre, conectado a un aparato de respiración asistida.
Mientras, un trabajador de la ambulancia intentaba sacarle una sonrisa a un niño de menos de un año antes de dejarlo en el vehículo, según el corresponsal.
La ONU reclama la evacuación de cerca de 500 enfermos. Pero, con los retrasos y los bloqueos de la operación, ya han muerto 16 enfermos desde noviembre.
Alrededor de 400 000 habitantes de Guta Oriental están atrapados en la región, al este de Damasco, que las tropas del régimen de Bashar Al Asad asedian desde 2013, en medio de una grave escasez alimentaria y sanitaria.
Tanto las evacuaciones médicas como la llegada de ayuda humanitaria en Guta Oriental sólo pueden efectuarse con la autorización del régimen sirio, que, con el apoyo militar de Rusia e Irán, logró retomar el control de la mayoría de los territorios conquistados por los rebeldes.
Según el grupo rebelde de Guta, Jaish al Islam, se firmó un acuerdo con el régimen de Al Asad para que estas evacuaciones pudiesen desarrollarse.
“Hemos aceptado la liberación de cierto número de prisioneros a cambio de la evacuación de los casos humanitarios más urgentes”, precisó. Así, cinco obreros, detenidos en marzo, pudieron abandonar Guta.
Último bastión de la rebelión cerca de Damasco, Guta forma parte de las cuatro “zonas de distensión” definidas en marzo por Rusia e Irán, aliados del régimen, y por Turquía, que apoya a los rebeldes, para intentar llegar a un alto el fuego en Siria.
Sin embargo, el régimen intensificó recientemente sus bombardeos en esas áreas.