La Plaza de la Independencia. Fotos: Fernando Lagla/ EL COMERCIO
La cotidianidad nos produce la sensación de conocer casi todo de memoria: los edificios, las calles y hasta las personas que transitan por ellas. Sorprenderse puede resultar casi imposible.
Un lente granangular -conocido como ojo de pez.- puede ayudar a tener otra perspectiva de las imágenes de la ciudad. Este lente tiene un ángulo de visión extremadamente grande, que puede cubrir 180° o más. Al mirar el producto, el espectador tiene la sensación de que la imagen see refleja en una esfera.
Fernando Lagla retrató al centro de Quito, su arquitectura y sus transeúntes, con este lente colocado en una cámara análoga: buscaba la distorsión que produce esta técnica y la experiencia de enfrentarse a lo inesperado que trae el revelado. En un mes de trabajo utilizó tres rollos, uno para experimentar y calibrar la cámara según las condiciones de la luz de entre las 10:00 y las 12:00, y los otros dos para las tomas finales.
Quito desde un lente granangular
Basílica del Voto Nacional
Plaza de la iglesia de La Merced
Interior de la iglesia de Santo Domingo