Según los bomberos, lo más recomendable es que el cilindro de gas esté instalado fuera del domicilio. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO
Un total de 1270 casos por fuga de gas se han registrado entre enero y la primera semana de septiembre del 2017 en Quito. De ellos 25 han terminado en explosión, según lo revelan cifras del Cuerpo de Bomberos.
Édgar Bonifaz, inspector del Cuerpo de Bomberos de Quito, explica que existen al menos tres causas frecuentes por las que suelen presentarse fugas de gas que pueden terminar en una explosión: desperfectos en la manguera, uso inadecuado del regulador y daños o ausencia del empaque del cilindro.
Para evitar ser víctimas de estos accidentes, el técnico señala que es recomendable realizar un chequeo periódico a los cilindros de gas y los elementos que permiten su funcionamiento.
“La manguera no tiene un tiempo determinado de vida útil, pero por precaución esta debería ser cambiada cada año. Los chequeos deben realizarse mensualmente o cada trimestre para mantenernos seguros”, señaló Bonifaz.
Además indicó que de forma sencilla se puede realizar una prueba casera para verificar que no existan pequeños agujeros en la manguera, por los cuales podría fugar el gas. “Con agua jabonosa podemos revisar la manguera y si se producen burbujas es señal de que efectivamente existe una fuga”.
Otra de las recomendaciones del experto es revisar que el regulador que se esté utilizando sea el adecuado y finalmente comprobar que el cilindro de gas tenga siempre el empaque, que se visualiza como un pequeño caucho. “En ocasiones el empaque está roto o no está, en ese sentido no se puede utilizar un cilindro de gas que no cuente con este elemento”.
Bonifaz además asegura que lo más recomendable es que el cilindro de gas esté instalado fuera del domicilio.
Sin embargo, en las viviendas en donde esto no sea posible recomienda realizar ventilaciones inferiores con un diámetro de 10 centímetros. “Si existiera una fuga de gas estas ventilaciones permiten que no haya una acumulación en el ambiente y con ello se evita un posible explosión”.
Durante el 2016 se registraron 2239 casos de fuga de gas, en los que 48 terminaron en explosión.