Cada año se diagnostican entre cuatro y seis casos de acromegalia por cada millón de personas. Foto: Wikicommons
El pasado 21 de junio de 2017 se celebró el Día Mundial por la Concientización de la Acromegalia. Esta enfermedad rara afecta en promedio a cinco de cada 10 000 habitantes, según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por esta razón, la Fundación de Apoyo a Enfermos con Trastornos Hipofisiarios (FAETH) considera crucial la propagación de información para el conocimiento general de la ciudadanía.
Con motivo de la celebración del Día Mundial, la FAETH planea para el próximo viernes 30 de junio de 2017 una jornada de concienciación en conjunto con el área de Endocrinología del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo en Quito.
En un 98% de los casos, según asegura un comunicado de la FAETH, la acromegalia es originada a raíz de un tumor benigno en la hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, localizada en la base del cerebro. Cada año se diagnostican entre cuatro y seis casos de acromegalia por cada millón de personas.
Pese a esta cifra, muchos especialistas aseguran que muchos casos no se diagnostican de manera inmediata. Esto, puesto que en buena medida existe un desconocimiento general sobre la sintomatología y en casos de mediana edad (entre los 40 y 50 años) las manifestaciones tienen una aparición lenta.
Los principales síntomas de la enfermedad son cambios físicos en la mandíbula prominente; esto genera espacios entre los dientes. También están la piel áspera y grasosa, la lengua se modifica a un tamaño excesivo y los huesos de las manos, pies y cara comienzan a crecer.
Los pacientes con acromegalia, por lo general, pueden presentar síntomas durante 15 años sin ser diagnosticados. Margarita Vázquez, presidenta de la FAETH, asegura que “con un tratamiento adecuado, se puede lograr un retroceso en las manifestaciones de la enfermedad y una disminución de la mortalidad”. Allí radica, según Vázquez, “la importancia de un diagnóstico temprano”.