Peter Vermehren, Édgar Narváez y Hernán Marcos, en el Primer Boogie de Colombia. Fotos cortesía Skydiver
‘Como excombatiente de guerra sé que la única forma de desarrollo de los pueblos es la paz”. Esa frase es de Édgar Narváez, un coronel retirado de las Fuerzas Armadas y dedicado desde hace 38 años al paracaidismo.
El exmilitar sabe el dolor que ocasiona una guerra y por eso decidió organizar el tercer ‘Salto por la Paz’. En el 2017 lo hizo en Flandes, un municipio de Colombia. Los saltos anteriores fueron el de Perú (2012) y Ucrania (2015).
Del 22 al 27 de marzo se realizó el primer Boogie en Colombia. Los deportistas saltaron a más de 10 000 pies de altura para ofrecer simbólicamente un mensaje por la paz. Fueron tres días llenos de saltos.
Los participantes hicieron ‘trabajo relativo’, ‘free fly’ y ‘wing fly’, diferentes modalidades del paracaidismo. El evento cerró con broche de oro con el ‘Salto por la Paz’, en la que exhibieron las banderas de la Paz y de Colombia.
Nicolás Rubio y Ana Ponte, campeones mundiales de paracaidismo, lideraron los equipos de saltos en el país vecino. “La gente tuvo mucha expectativa porque no sabían lo que iba pasar”, cuenta Édgar.
Él trabajó con los integrantes de la escuela colombiana de paracaidismo ‘Xielo’, que apoyó en el evento con aviones e instructores.
En la fiesta paracaidista participaron 80 deportistas. Llegaron desde Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Ecuador, Costa Rica, EE.UU., Ucrania y Colombia, el país anfitrión.
Gustavo Bilbao, argentino aficionado a esta actividad, cree que estos eventos son una oportunidad para reunirse con amigos de todo el mundo.
‘Gugu’, como lo llaman sus amigos, lleva ya cinco años en este deporte. Él saltó junto con Nadya Narváez, la mayor de las hijas de Édgar, en Boituva (Sao Paulo), para ser parte de la figura del diamante que formaron en el aire en el 2016.
Desde la izq.: B.J. Worth (doble de James Bond), Ragde, Nadya, Érika y Édgar Narváez.
Nadya, al igual que Ragde y Érika, sus hermanas, incursionó desde los seis años en esta actividad. Ahora, junto con su padre son parte de Skydiver Ecuador, la empresa fundada en 1995, justo después de prometerse que si salía vivo del conflicto del Cenepa enseñaría ese deporte en el país y en el mundo.
“Lo que queremos en Skydiver es incentivar el paracaidismo en el Ecuador para no quedarnos atrás del resto de países”, dice Édgar.
Skydiver representó al país en el Boogie. Édgar lideró el evento y desde casa sus tres hijas fueron el soporte administrativo.
Para Édgar, Nadya, Érika y Ragde, ‘romper el cielo’ es una forma de vida, “ayuda a la gente a ganar confianza para evitar pretextos y conseguir resultados”.
La familia Narváez es referente en el mundo del paracaidismo y es buscada para que imparta sus conocimientos. Ragde cuenta que su padre acumula 10 000 saltos en paracaídas. “Mi hermana Nadya tiene 600, Érika unos 350 y yo tengo 87”.
Ellos han saltado en Estados Unidos, República Dominicana, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Uruguay, Tailandia, Mozambique… Skydiver iniciará los saltos en el país durante el feriado de Semana Santa. El destino elegido será Jumandy en Napo.