El Partido Socialista-Frente Amplio vive uno de sus momentos más difíciles de los últimos años. Dos tendencias, definidas por la posición frente a la consulta popular, demuestran que la alianza con el Gobierno no está firme.
Esta división nació luego de que el presidente del partido y subsecretario de la Cancillería, Rafael Quintero, anunció que los socialistas apoyarán el plebiscito planteado por el presidente Rafael Correa.
Esta posición molestó a un ala del Partido, liderada por los militantes más antiguos, que resolvió crear la ‘Corriente Socialista Revolucionaria’.
Según uno de los dirigentes de este grupo, Galo Vallejo, la postura que adoptó Quintero no tuvo el respaldo del Consejo Nacional del Partido. “Los militantes de la Corriente Socialista Revolucionaria (cerca de 100 000) dejaron constancia de que orgánicamente no se ha resuelto la posición del Partido frente a la consulta popular”, aunque aclararon que ellos impulsan el no en el referéndum.
Además, cuestionaron la expulsión de algunas autoridades de los socialistas, que eran opositoras a Quintero.
Sin embargo, el funcionario aclaró que quienes se han opuesto al Régimen son los que “perdieron las elecciones para dirigir el Partido Socialista, por lo que quieren rechazar la propuesta oficial. No superan las 30 personas”.