La política se mezcló rápidamente con el deporte. Y una muestra de aquello es la posición de Luis Gómez, presidente de la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador).
Durante una reunión en Guayaquil para discutir cambios en el estatuto de Fedenador, surgió la iniciativa de Gómez, que fue candidato a asambleísta por Guayas. Ante los 24 delegados pidió respaldar la candidatura del binomio Moreno-Glas. Los delegados de la Concentración Deportiva de Pichincha y la Federación Deportiva del Guayas, esta última presidida por Pierina Correa, manifestaron su desacuerdo.
Horas después, en la cuenta de Twitter de Fedenador, apareció un comunicado oficial por el cual este organismo y sus filiales manifestaron públicamente el apoyo a los candidatos de Alianza País. Gómez y los delegados presentes, a excepción de los de Pichincha y Guayas, desconocieron la Ley del Deporte, que en su artículo 15 prohíbe realizar proselitismo y perseguir fines políticos o religiosos.
Al parecer, a Gómez le interesa más la política que el deporte. Ignoró la ley, comprometiendo irresponsablemente a la dirigencia deportiva del país en un momento extremadamente delicado.
¿Qué dice el Ministerio del Deporte? Su obligación es vigilar que las entidades deportivas cumplan las normativas.
Fedenador se salió del libreto y el Ministerio del Deporte debe corregir.