Cebollitas y orientales juegan en el Atahualpa hoy, a las 12:00, por la primera fecha. Hinchas y exjugadores recuerdan los enfrentamientos de los setenta. Foto: Archivo.
Los hinchas del Aucas observaron a sus adversarios del América de Quito y se levantaron de los graderíos del Olímpico Atahualpa para retarlos. “Le vamos 100 sucres a que el Aucas gana”, fue la apuesta que lanzaron los del plantel oriental. La respuesta de los aficionados del equipo cebollita fue inmediata: “Longo, primero compra calzón”.
La anécdota ocurrió en un partido a finales de los setenta cuando ambos planteles mantenían una rivalidad fuerte en el Campeonato Ecuatoriano de Fútbol de la Serie A. De esto se acuerda claramente Gilberto Puebla, hijo del fundador del equipo cebollita quien lleva el mismo nombre de su progenitor, fallecido hace 10 años.
Puebla hijo entonces era uno de los bulliciosos fans que alentaban a su plantel ante el Aucas y cualquier otro rival que apareciera en el camino del torneo. Casi cuatro décadas después, el quiteño, de 63 años, recuerda ese ‘enfrentamiento’ que hoy se vuelve a reeditar en el escenario de El Batán. Desde las 12:00, América y Aucas juegan en el Atahualpa, en el inicio de la Serie B.
El América descendió a la Segunda Categoría de Pichincha en 1988 y se transformó en un peregrino interprovincial y cantonal. En ese lapso, solo se volvió a encontrar cuando el Aucas cayó a la Segunda -entre el 2010 y el 2012- en los estadios Gonzalo Pozo y en la cancha de La Armenia.
Pero esos cotejos no correspondieron a la Primera Categoría del balompié nacional. Por eso, el hincha dice que el de hoy es un duelo especial.
Al histórico juego, Aucas llega como el favorito por sus refuerzos de trayectoria como Michael Jackson Quiñónez y su presupuesto cercano a los USD 3 millones. El club cebollita, con USD 600 000 de presupuesto, en cambio debuta con la ilusión y un puñado de jóvenes que quieren darse a conocer en el fútbol.
Los presupuestos de entonces reflejan los cambios que ocurrieron en el fútbol ecuatoriano desde la época en que ambos rivales convocaban a miles de aficionados a sus cotejos. Marco Calderón, un veloz puntero derecho del América en los setenta, cuenta que en su época de futbolista los jugadores ganaban entre 300 y 400 sucres mensuales. “Entonces, no había las millonarias cifras que se manejan ahora. Y el América era uno de los planteles más baratitos”.
Calderón estuvo en la época de esplendor del conjunto cebollita, cuando el club disputó dos copas Libertadores (en 1970 y 1972). Hoy vuelve a pisar el Atahualpa, donde se midió a exjugadores orientales como ‘Lucho’ Coba y ‘Chalmeta’ Pérez.
Los cambios los corrobora Jaime Bowen, expresidente del conjunto auquista y ahora portavoz del plantel. “El profesionalismo estaba en pañales y no había preparadores físicos, preparadores de arqueros, auspiciantes… Entonces nadie pensaba en hacer un estadio para el Aucas”. El ‘Gringo’ se acuerda de directivos como Washington Aguayo y jugadores como Servando Laso, quienes eran rivales de su plantel.
Por eso, espera hoy una gran afluencia de ambos clubes. Puebla es uno de los fijos que estará en el estadio. Espera reunirse con unos 200 familiares y amigos en la casa, ubicada en las calles Río de Janeiro y Estados Unidos –donde se fundó el club- para dirigirse al Atahualpa.
Le acompañarán sus hermanas Ana y Rosa Puebla. Rosita, como le dicen de cariño, irá con la ilusión de alcanzar una victoria. Ella quiere que se repitan los momentos en que su padre reunía a sus 14 hijos y se vivía una fiesta para ver al plantel en el torneo profesional.