Imagen del club HR Portoviejo, después de proclamarse campeón de la Liga Nacional de Básquetbol, tomada de la cuenta del club manabita.
Jimmy Cedeño no habla de tácticas ni de técnica. El entrenador prefiere decir que el título que logró HR Portoviejo lo alcanzó por el “alma de acero que tiene todo portovejense. El equipo es joven y humilde, es una familia“.
HR Portoviejo se coronó campeón de la Liga Nacional de Básquetbol tras ganar tres de los cinco partidos en la serie final. El último triunfo lo consiguió en la medianoche del miércoles por 83 a 65 sobre Iccan, de Macas, en la capital de la provincia manabita.
“El partido lo definimos en los dos primeros períodos (21-7 y 48-23). Luego lo que hicimos fue mantener esa diferencia y cuidarnos de cuestiones antideportivas”.
En los dos siguientes períodos, el club macabeo intentó recortar la diferencia, pero fue inalcanzable. Los marcadores lo reflejan: 59-43 y 83-65.
Dijo que la serie final, que se disputó en Macas y Portoviejo, “se tornó en una competencia de resistencia. Nuestro equipo es joven y siempre mostró actitud, deseos de ganar”.
Cedeño destaca la base de jugadores nacionales con Nixon Mina y Jonathan Arboleda y resalta el aporte de los extranjeros. El estadounidense Jordan Johnson fue la figura de la serie final.
En los cuatro cotejos anotó un promedio de 28 puntos. Fue designado el Jugador Más Valioso de la Liga, el máximo encestador del torneo y también el máximo anotador de canastas de tres puntos. “Tengo amigos en Estados Unidos que me presentaron varios videos de jugadores. Pero una cosa es su aporte en la cancha, a mí me gusta conversar con ellos antes de que vengan, porque los recibo en mi casa. Me gustó cómo es Jordan, es humilde”.
Johnson vino a jugar la Liga del 2015 y retornó para la del 2016. “Pidió de nuevo llegar a mi casa. Es muy reservado, pero su espíritu es siempre ganador. Cuando pierde, no come”.
La alimentación es un aspecto que lo cuida mucho. “No come arroz ni plátano verde, que tanto nos gusta a los manabitas. Pide ensaladas, carbohidratos y proteínas”.
El mismo proceso de selección lo siguió con Felder DJ y con el sudanés Ajack Mayot, quien reside en Italia.
El primer título de un club manabita en la Liga Nacional lo vivió con alegría, pero 12 horas después, había sobriedad. “No soy de los entrenadores que buscan sumar títulos para apuntar a otro club o ir a otros lugares. Yo me debo a mi tierra y debo retribuir a mi ciudad de todo lo que me ha dado”.
Jimmy Cedeño, de 44 años, comenzó a jugar baloncesto cuando tenía 17, después que un compañero de colegio que era basquetbolista murió asesinado. “Él era entrenador de básquetbol, así que tomé su lugar”. Jugó por 10 años de manera competitiva y luego se retiró. “Me retiraron, para ser precisos, porque me descubrieron un problema de hipertensión”.
Con apoyo médico y sometiéndose a controles permanentes ha podido seguir su carrera como entrenador de baloncesto. “La semana pasada fui al médico y todo está en orden, solo perdí mi turno para someterme a una prueba de esfuerzo porque me la programaron en el Seguro Social, para el jueves, pero ese día viajamos a Macas para los primeros partidos de la Liga Nacional”.
La celebración del título también fue corta, pues aún no sabe si HR Portoviejo podrá asistir a la Liga Sudamericana de Clubes en representación del país.
Cedeño y sus amigos gastaron cerca de USD 40 000 en salarios de jugadores, traslados, alimentación y hospedaje en el desarrollo de la Liga Nacional.
“Las familias Álava, Ramos Sornoza y la mía contribuimos para solventar los gastos de participación en la Liga. Un evento internacional demanda más gastos. Después del terremoto de abril, muchas casas comerciales y hoteles que nos auspiciaban cerraron. Es difícil que vayamos”.
Hasta mediados de año, cuando se dispute la Liga Sudamericana espera reunir esos recursos para el nuevo peldaño que quiere subir HR.