El cine, el zoológico y hasta un concierto de Coldplay resultaron gratis para dos chicos vestidos de obreros. Foto: Instagram / @_freetherobots
Colarse a un concierto, un lugar restringido o un evento de cualquier tipo por el cual tengas que pagar puede resultar sumamente difícil. Pero para el periodista australiano David Allegretti y su amigo Sean Foster, hacer este tipo de cosas fue pan comido.
Solo necesitaron dos cosas: chalecos de obreros y una actitud convincente. “Nos dirigimos a Officeworks (una tienda especializada en equipos de trabajo), compramos un par de chalecos fluorescentes, unos walkie-talkie falsos y nos dirigimos hacia aventuras de todo tipo”, relata Allegretti en una crónica publicada en la revista Vice.
La primera parada de los dos jóvenes fue el cine más cercano a su domicilio. Allegretti y Foster pasaron sin ningún problema por los controles de entrada, vestidos como obreros, y se sentaron relajados a ver una película navideña.
Seguido de esto, el siguiente reto para el dúo de amigos fue el zoológico de su ciudad, Melbourne (Australia). Según comenta Allegretti, esto fue un poco más difícil, al menos en el aspecto psicológico, pues los controles parecían ser mayores. Sin embargo, lograron cruzar la boletería sin ningún problema. Relata que inclusive, una vez dentro del recinto, sus “colegas” los saludaban y los visitantes les hacían preguntas sobre el Zoo.
Sin embargo, no todas las personas a las que intentaron engañar se comieron el cuento. Cuando intentaron colarse gratis en un bus de tours alrededor de la ciudad australiana, el conductor del automotor se dio cuenta del embuste y les impidió entrar.
A pesar de que fueron descubiertos, ese mismo día decidieron aceptar un reto monumental. Mientras se encontraban en casa, Foster se enteró de que esa noche tocaría Coldplay en la ciudad. “Entrar no fue fácil”, asegura Allegretti en el artículo. En general, los conciertos suelen tener muchísimos controles de seguridad y los guardias suelen estar mucho más pendientes de gente que quisiera colarse sin una entrada.
En varias puertas de acceso, los dos impostores fueron descubiertos y tuvieron que regresar por donde venían. Pero estos eventos masivos tienen varias entradas, por lo cual este dúo decidió seguir intentando hasta que, finalmente, lo lograron.
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Una foto publicada por David Allegretti ૐ (@_freetherobots) el
¿Y qué aprendieron estos muchachos de la experiencia? “Logré probar un hecho del cual siempre sospeché que era cierto: nunca sabrás si nunca lo intentas. La vida es totalmente permeable en maneras que ni te imaginas”, concluye Allegretti en su crónica.