Rueda de prensa del viceministro del Interior Diego Fuentes, por el caso del policía desaparecido, Hector Jacome. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Tras una búsqueda realizada la tarde y noche del lunes 24 de octubre de 2016, la Policía Nacional encontró el cuerpo del sargento primero, Héctor Jácome Gallardo, en una quebrada del sector de Quitumbe, en el sur de Quito.
Jácome estaba desaparecido desde el pasado 7 de octubre. En rueda de prensa realizada el martes 25 de octubre de 2016, el viceministro del Interior, Diego Fuentes, informó, de manera preliminar, que la muerte del sargento primero no se dio por consecuencia de un acto criminal o violento.
Según Fuentes, como parte de la autopsia se realizó la comparación de una de las huellas dactilares. Esto confirmó que el cuerpo encontrado era del miembro de la Policía Nacional, quien prestaba sus servicios en la Unidad Especial Turística la Mariscal.
Tras las investigaciones realizadas por la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), se determinó que, después de concluir su turno, Jácome, en compañía de otro policía, habrían visitado uno de los locales de La Mariscal. “Esto se confirmó con la gente de los locales. También se verificó el retiro de una pequeña suma de dinero en uno de los cajeros del sector”, señaló.
Después de estar en esa zona, el agente se habría trasladado a otro lugar de esparcimiento en el sur de Quito. “Hay videos de las cámaras de seguridad que permiten ver que el servidor público estuvo en el sur de la ciudad”, señaló Fuentes. Después de esto, Jácome se habría desplazado hacia Quitumbe, a pie. Después de la visita al local de entretenimiento ya no se supo más del ahora fallecido.
El 18 de octubre agentes de la Dinased realizaron una búsqueda en el interior de una quebrada en el barrio Santa Bárbara, en el sur de Quito. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
El Ministerio del Interior también informó que los especialistas determinaron que no hay rastro de arma blanca, de fuego o violencia tras la autopsia. Esto reafirmaría la idea que se tenía de que el móvil de la desaparición no tendría que ver con robo o un acto violento por parte de criminales. Además, al momento de encontrar el cuerpo. El mismo contaba con las prendas y objetos reportados antes de su desaparición.
Tras la autopsia se detectó un golpe en la cabeza, el cual, según Fuentes, podría haberse dado por una caída o por un impacto al ser arrastrado por el caudal del río.
Al momento, personal de criminalística realiza investigaciones para elaborar un perfil psicológico; además de un análisis toxicológico que determine si el sargento primero estaba bajo la influencia de algún tipo de bebida o sustancia estupefaciente al momento de su fallecimiento.