Wagner Bravo, exjefe militar en la frontera norte. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Wagner Bravo, exjefe militar en la frontera norte, analiza los posibles escenarios tras la firma del fin del conflicto armado y pide que “no olvides que muchos ecuatorianos tenían influencia de las FARC”.
¿Qué le espera a Ecuador luego de que el Gobierno colombiano y las FARC firmen la paz?
La paz en Colombia nos va a beneficiar directamente a los ecuatorianos porque hemos sido inmiscuidos y contaminados por ese conflicto.
Pero, ¿quién garantiza que todos los guerrilleros se desmovilicen y no sigan en actividades como la droga o el tráfico de armas?
De acuerdo con el reporte de la ONU, en los últimos ocho o 10 años se han erradicado 476 000 hectáreas de coca. En el momento parece que llega a las 100 000. Eso convierte a Colombia en el primer productor de hoja de coca. Luego estaría Perú y después Bolivia. Entonces, es un negocio rentable, que permitía a ese grupo tener liderazgo y poder. Y si no se les da educación, salud, productividad… las cosas se les van a complicar y les va a ser difícil reinsertarse completamente a la sociedad.
Entonces, ¿no es que este 26 de septiembre se firma la paz y todo se soluciona?
Es muy difícil que haya una separación inmediata entre la guerrilla y los cultivos de coca. Por eso, con la verificación de la ONU y de los países garantes, las partes van a ver si se cumple o no este acuerdo. Pero eso no significa que los ecuatorianos debemos descuidar la frontera, porque muchos de estos elementos también podrían venir a Ecuador. Por eso es necesario que haya una real protección y un aumento y vigilancia de nuestra frontera.
¿Es un riesgo latente el que no todos se desmovilicen y formen grupos delictivos?
Eso es posible. Mire, en México se elimina un cartel y aparecen 20 más. Esas personas que vivieron en la violencia durante mucho tiempo, al no tener un buen proceso de reinserción en la sociedad, tanto económico como social, no tienen otra opción que continuar en la violencia. Por lo tanto, debemos estar claros que el proceso de paz y la implementación de los acuerdos va a durar mucho tiempo y no debemos descuidar, porque nos pueden influenciar de una u otra manera.
En este contexto, ¿cuál es el reto de las FF.AA. ecuatorianas?
No solo de las Fuerzas Armadas; el Gobierno debería tomar contacto con Colombia, para que de una u otra forma participemos en la implementación del acuerdo de paz y hagamos un seguimiento muy cercano.
¿De qué?
Colombia dice que va fortalecer la presencia del Estado en la línea de frontera y en las áreas en donde tradicionalmente estaban
las FARC. Si eso no ocurre, alguien ocupará esos espacios y pueden ser las bandas criminales o narcotraficantes. Entonces, el Gobierno de Ecuador tiene que estar seguro de que el Estado colombiano va a influenciar positivamente en la línea de frontera.
Entonces, ¿no es suficiente con que Ecuador mande a los militares a blindar la frontera norte, como ya se dijo en un momento?
Hace un año yo ya había dicho que el Gobierno debía haber pedido ser observador de este proceso, para saber en qué nos pueden afectar los acuerdos que han tomado las partes. Ahí debería estar la parte política, Fiscalía, derechos humanos, Fuerzas Armadas.
¿Para qué?
Para hacer un plan que nos permita no solo blindar con FF.AA. la frontera. Esa zona necesita ser desarrollada en todo sentido. No nos olvidemos que muchos ecuatorianos tenían influencia de las FARC en la frontera. Por ejemplo, proveían armas, alimentos, municiones. En Esmeraldas tenemos la minería ilegal. Entonces hay una serie de elementos que debemos atender.