Ex constituyente de Montecristi y ex secretaria de Comunicación del Gobierno, Mónica Chuji asegura que la derecha está en el poder
Ustedes, los indígenas, ¿son terroristas?
Es irónico que desde Dayuma el gobierno de Correa nos venga acusando de terroristas, como lo quieren hacer ahora con el dirigente Pepe Acacho.
¿Por qué es curioso?
Porque nunca tuvieron las agallas de declarar terroristas a los paramilitares colombianos o a los guerrilleros de las FARC.
Pero ustedes, como Conaie y como movimiento indígena, fueron aliados claves en las elecciones que pusieron a Correa en el poder.No solamente los indígenas fuimos engañados, sino todos los ciudadanos que votaron por él creyendo que realmente había un sincero proceso de cambio.
Según el Presidente de la República, sí hay ese sincero proceso de cambio…
El proceso de cambio solamente es un letrero. Dónde están los ciudadanos, dónde está la revolución, dónde está la democratización, dónde está el pluralismo.
Pero todo se basa en la Constitución que ustedes aprobaron en Montecristi con un entusiasmo patriótico desbordante…
No me arrepiento de aquello. Estoy consciente de que la Constitución tiene muchas contradicciones, pero si se la tiene que modificar, que sea según lo establece la misma Constitución.
¿Con qué mecanismo?
Con una nueva asamblea constituyente que nos permita corregir las contradicciones y avanzar en materia de derechos.
¿Pecaron de entusiasmo y apuro cuando aprobaron la Constitución?
El país sabe perfectamente lo que ocurrió. Sacaron a Alberto Acosta de la Presidencia de la Asamblea y pusieron a Fernando Cordero que se dejó presionar para aprobar todos los artículos en un tiempo determinado.
¿Presionar por quiénes?
Por el Gobierno.
Pero si el Gobierno y ustedes son de izquierda, ¿cuál era el problema?No es así. Cuando yo salí de Alianza País y del Gobierno, hace tres años, yo dije que el Régimen se estaba derechizando y mucha gente se burló. Hoy vemos que eso es lo que está ocurriendo. Y a gran velocidad.
¿Derechizando en qué?
En muchos aspectos. Empezando, por ejemplo, en quiénes son los que están detrás del poder, detrás del Presidente.
¿Quiénes, por ejemplo?
Primero, déjeme decirle que este Presidente ha recogido lo peor de la derecha conservadora y lo peor de la izquierda burócrata. Segundo, que hay un proyecto de concentración total del poder. Y, tercero, que hay nuevos ricos.
¿Nuevos ricos gracias al Gobierno de la ‘revolución ciudadana’? ¿Cuáles son esos nuevos ricos?
Hay una lista grande. Empecemos por los Alvarado. Veamos con cuánto entraron y cuánto tienen ahora, aunque a lo mejor lo tienen bien escondido.
¿Ellos y quiénes más?Gente de la Costa me dice que el canciller Ricardo Patiño andaba en bus y ahora tiene una casa por acá y otra por allá. El asambleísta Rolando Panchana vivía en una casa modesta y ahora tiene tremenda mansión. En cuatro años, alguna gente se ha enriquecido un montón.
¿Se han enriquecido y son la nueva derecha del país?
Cuando vemos que los poderosos del Régimen son Vinicio Alvarado, ex asesor de campaña de Abdalá Bucaram, y Alexis Mera, ex asesor de León Febres Cordero, ¿qué duda puede caber?
¿Alvarado y Mera son el poder detrás del poder?
Lo lamentable es que el Presidente confíe en personas a quienes les interesan los negocios. Son gente que no tiene un mínimo compromiso con las propuestas de cambio. Lo único que les interesa son los ‘business’.
¿A quién le interesa los negocios y ‘business’?
Yo digo que hay, sobre todo, un nuevo rico en el Gobierno.
¿Quién es?
Vinicio Alvarado. Y lo digo por mi experiencia de haber pasado por el Gobierno. Él me dijo alguna vez que es él quien controla la publicidad y que “la va a guardar celosamente”. Ese rato entendí que su objetivo era sacar lo que más pudiera de sus negocios de la propaganda y de la publicidad.
¿Quiere decir que Vinicio Alvarado controla todo?Precisamente, como usted puede ver, la última institución del país está controlada por el Secretario de la Administración.
¿Usted puede demostrar lo que acaba de decir?
Lamentablemente, no. Pero la muestra está en el manejo de la campaña del Gobierno, en todos los millones de dólares que se gastan. Habría que pedir que se haga una auditoría, transparentar los gastos, a dónde van esos fondos…
¿Todo eso quiere decir que ‘la revolución’ es un lema?
En principio creímos que habría una revolución ciudadana, que los poderes serían independientes y que el Gobierno estaría abierto a una rendición de cuentas permanente…
Pero, ¿no es eso lo que Correa hace cada sábado?
Eso no es rendición de cuentas, por favor. Eso es una tomadura de pelo. El Presidente, como un funcionario del Estado, debe estar sujeto a la fiscalización de la Asamblea Nacional y del pueblo.
¿Y no lo está?
No, en absoluto. Y esos errores están dejando una huella nefasta en el país.
¿Correa fue así desde el principio y los ecuatorianos no nos dimos cuenta?
Eso es difícil responder. Veníamos de una crisis política, institucional, del Estado. Pero, claro, nos confiamos en que este Gobierno sí haría los cambios esperados.
¿Pecamos de ingenuos los ecuatorianos?
No, no pecamos de ingenuos. Lo que pasa es que cada nuevo Gobierno nos traiciona. Y este, el de Correa, no es la excepción.
Pero hay carreteras, salud, bonos para los más pobres…
Tenemos algo de salud, algo de obra pública, algo de educación, pero la situación para los indígenas no ha cambiado, por ejemplo. Ahora somos mucho más discriminados que hace cuatro años. Y hay que entender que con la consulta planteada por el Presidente no está en juego la salud ni la educación, sino las libertades.
¿No le reconoce nada bueno al Gobierno?
El Gobierno debe entender que no nos está haciendo ningún favor. Que las obras son hechas gracias a nuestros impuestos, al petróleo que es de todos los ecuatorianos. Esa plata no sale del bolsillo de Correa.
A propósito de la consulta, ¿qué cree usted que pretende el Gobierno con ella?
Aclaremos bien las cosas, primero. La consulta es un mecanismo que debería utilizarse en temas que realmente nos interesen a todos, en temas de fondo.
¿Ustedes cuestionan la consulta o no?
Nosotros cuestionamos los contenidos de la consulta.
Es decir, sí a la consulta, no a los contenidos. ¿Cómo se entiende eso?
Decimos sí a una consulta que nos pregunte si estamos de acuerdo con mayor endeudamiento externo, si estamos de acuerdo en que se gasten 300 millones de dólares en publicidad, si estamos de acuerdo con la corrupción que se ha generado en los últimos años, si estamos de acuerdo con que se hagan rendiciones de cuentas…
¿A qué corrupción de los últimos años se refiere?
A los casos que se han denunciado en los medios de comunicación. Por ejemplo, el caso del señor asambleísta Paco Velasco. Yo, como ciudadana, quiero saber cómo es posible que un asambleísta haya estado firmando contratos con el Estado, recibiendo plata del Estado…
Aparte de esta que usted menciona, ¿qué otras conoce que están sucediendo?
Son de conocimiento público las corrupciones y las coimas en los contratos a nivel de las gobernaciones provinciales.
¿Y usted no cree que con una nueva justicia, como promete el Presidente, estas cosas terminarán?
Esa es otra burla al pueblo. A nombre de la inseguridad y de la injusticia no se puede jugar con la voluntad y los sentimientos de los ecuatorianos. Lo que en realidad se intenta es dejar en manos del partido del Gobierno la reestructuración de un poder tan fundamental para la democracia como es el sistema de justicia.
¿Quiere decir que el Presidente desea manejar el sistema judicial?
Por supuesto. El momento en que un Gobierno, un Presidente o un partido político controla la justicia, lo que se viene es la impunidad de sus funcionarios y la impunidad para todos los corruptos de este país, para todos los que se han enriquecido.
¿Y con qué otro objetivo?
El otro objetivo también es muy claro: perseguir a todo aquel que se oponga al Gobierno, y ahí estaremos en primer lugar los indígenas. Hay esas dos intenciones clarísimas, así que nosotros no podemos avalar esas preguntas de la consulta de Correa.
Hay otra pregunta clave, la de los medios de comunicación. ¿Se pretende un control total de los contenidos informativos, una censura?
Usted sabe que toda mi vida he sido crítica de los medios de comunicación privados y lo seguiré siendo mientras no sean completamente democráticos y no abran los micrófonos a todos.
Entonces, usted apoya esta pregunta…
No, todo lo contrario. Lo que estoy diciendo es que a pesar de mi crítica a los medios de comunicación privados, me opongo frontalmente a la pregunta porque no sabemos qué pretenden.
¿Qué cree que pretenden?
No lo sé. Primero, la Constitución ya es explícita en cuáles serían las sanciones a los medios de comunicación y a los periodistas cuando incumplan determinados parámetros. Yo me pregunto para qué ponen cosas que ya lo establece claramente la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y sobre el tema del derecho a la comunicación hay que hacer una Ley de Comunicación debatida, discutida y consensuada ampliamente por todo el país.
¿La pregunta sobre el Consejo es malintencionada?
Cómo es posible que se pretenda que un Consejo tenga la discrecionalidad, incluso fuera de la Constitución, para aplicar su voluntad en contra de lo que digan los medios de comunicación.
Y en contra de los medios de comunicación privados…
Ojo, el Consejo tiene la intención no solo de regular y controlar a los medios privados sino también a los comunitarios, y ahí entramos nosotros, los indígenas. Mientras tanto, nada se dice ni nada se hará acerca de los mal llamados medios públicos que, en realidad, son gubernamentales.
La consulta, por tanto, tiene intenciones perversas…
Yo quiero que quede claro que no nos oponemos a la consulta porque estamos en la oposición, sino porque en realidad nos interesa el país. Nos interesa defender la democracia, la independencia de poderes…
Estamos caminando hacia la construcción de un Gobierno autoritario?
Si el pueblo ecuatoriano aprueba la consulta creo que vamos a una dictadura.
Muchos ciudadanos tienen nostalgia de aquel movimiento indígena que ayudó a democratizar el país cuando hubo intentos dictatoriales.
Los indígenas tenemos nostalgia de los ciudadanos que no están organizados y que también, como nosotros, tienen el deber de defender la democracia.
Le hago la pregunta de otra forma. ¿Dónde está toda esa gente que soñó con democratizar el país y se opuso a gobiernos autoritarios?
Estamos dispersos. Pero, sobre todo, aquellos que se llamaban ‘forajidos’ ahora están lucrando del Estado.
¿De forajidos a burócratas?
Definitivamente. Y ellos son los verdaderos traidores de los principios por los cuales luchamos los ecuatorianos.
Dígame un ejemplo…
Hay muchos. ¿Uno? El vicecanciller Kintto Lucas, que en sus libros endiosaba al movimiento indígena. Y ahora mire…