Jaime Mok es gerente de Reducción de Riesgos y Respuesta ante desastres de la organización Hábitat para la Humanidad. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
¿Por qué el tema de la vivienda es muy importante en la reconstrucción?
La vivienda es una necesidad crítica. Si la solucionamos vamos a dinamizar otros aspectos de la familia como los medios de vida y las condiciones de antes, que deben cambiar significativamente.
¿Qué otros aspectos se deben tomar en cuenta de forma urgente?
No solo hablamos de las cuatro paredes, sino también del agua, saneamiento, higiene y la legalidad de los suelos, sobre todo en zonas rurales donde es muy complejo. Esto incluso puede ser un cuello de botella en el momento de aplicar a los bonos de reconstrucción. Quienes quieran acceder a ellos deberán acreditar un título de propiedad o certificado de posesión, que en muchos casos no existen.
¿En la construcción qué es lo más importante?
Hay que tomar en cuenta que la tecnología sea apropiada para el contexto rural. No podemos imponer un modelo urbano para todos los sitios; son otras condiciones.
¿Qué problemas han detectado en las zonas afectadas y que podrían obstaculizar la reconstrucción?
Por un lado la tenencia legal del terreno. En Haití nos costó entre uno y dos años sanear estos aspectos antes de empezar a reconstruir. Segundo, la cantidad de zonas de riesgo, sobre todo, en áreas rurales donde el suelo es el mismo destinado a la agricultura y saturado de agua. Eso obliga a pensar en trasladar a las personas a sitios más seguros.
¿Qué es lo más complejo?
El tema legal. Si se resuelve eso hay un poder dinamizador que es increíble. En Jamaica, familias muy pobres que han accedido a un documento de propiedad les ha dado la confianza para que los ahorros del mes lo inviertan en mejorar su vivienda. Las familias consideran a la vivienda como su principal activo.
En Manabí, ¿cómo se avizora el panorama para la reconstrucción?
Hay una oportunidad grande con los bonos y es bueno que no se enfoque solo al sector urbano. Lo importante es asegurar que más familias puedan acceder a ellos. Hay que actuar en forma coordinada. Hay un futuro prometedor, pero esto va a tomar tiempo, y eso dependerá de muchos factores. En Haití, por ejemplo, tras el terremoto todavía hay gente viviendo en carpas. Si no sumamos esfuerzos va a tomar demasiados años.
¿Qué inconvenientes podrían darse con el traslado de poblaciones hacia zonas más seguras?
Hay que procurar que los tejidos sociales no se alteren. Evitar que cuando se trasladen las familias a otras zonas puedan estar cerca de sus fuentes de trabajo, que tengan servicios básicos o escuelas. No se deben mover poblaciones hacia zonas muy alejadas. No hay una sola solución y para ello, hay que entender
cada contexto.
¿Qué más hace falta para emprender el camino hacia la reconstrucción?
Hay mucha necesidad. Todavía hay zonas que no han sido evaluadas. Aún estamos en etapa de emergencia y ahí apuntamos a ayudar a las familias a mejorar sus condiciones de alojamiento temporal. Pero es bueno ya pensar en la reconstrucción.
Hoja de vida
Es gerente de Reducción de Riesgos y Respuesta ante desastres de la organización Hábitat para la Humanidad, que impulsa soluciones habitacio-nales.
Su punto de vista. Hay que resolver el tema legal o tenencia de las propiedades antes de reconstruir.