El delantero Énner Valencia es uno de los jugadores que fue vendido a Europa luego del Mundial de Brasil 2014. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Ecuador cambió de torneo para exhibir y vender futbolistas al extranjero. Antes de la clasificación al Mundial de Corea y Japón 2002, el campeonato donde los tricolores se mostraban a nivel de selecciones era la Copa América.
Sin embargo, en los últimos 17 años esa conducta cambió y más bien el torneo copero se convirtió en un martirio. La última vez que un seleccionado salió ovacionado de la Copa América fue en Argentina, en el 2011. Allí se destacó el atacante Felipe Caicedo con sus dos goles frente a Brasil.
Pero desde el 2001, las campañas de Ecuador en el torneo continental han sido con saldo rojo y con pocas transferencias de futbolistas. La última participación destacada de la Tri fue en 1993, cuando fue anfitrión y quedó en cuarto lugar. Raúl Noriega fue uno de los seleccionados que más se destacó en el equipo del entrenador Dusan Draskovic. El zaguero fue transferido a Boca Júnior.
“Eran épocas distintas. No había la tecnología de estos tiempos. Había que aprovechar estos torneos porque sin clasificar a los mundiales, pocos se interesaban en el mercado ecuatoriano”, recuerda con nostalgia el ‘Pavo’ Noriega.
Además de Noriega, salieron a otros países de Sudamérica Jacinto Espinoza, Eduardo Hurtado, Luis Capurro…
Otro de los jugadores que dio el salto al extranjero fue Hólger Quiñónez, luego de la edición de 1989 que se jugó en Brasil. El ‘piquetero’ convenció a los brasileños de sus cualidades de zaguero y fue contratado por el Vasco da Gama. Quiñónez recuerda que en ese entonces la transferencia se dio por unos 320 000 sucres.
“Las eliminatorias eran difíciles. Los empresarios tenían otra dinámica. El negocio se demoraba algunos meses”, recuerda Wellington Sánchez, futbolista ambateño que logró emigrar tras la Copa de 1997.
Después de las mejores participaciones en Copa, Ecuador vendió a 14 futbolistas, pero luego de los tres mundiales se negociaron 18 seleccionados presentes en las nóminas mundialistas.
En 1999, los entrenadores ecuatorianos Carlos Sevilla y Polo Carrera también fueron despedidos luego de tres juegos. Sevilla cree que la Copa América abrió las puertas en los países sudamericanos. En cambio, los mundiales sirvieron para que Europa contratara a ecuatorianos. Tras el Mundial de Brasil 2014 , la transferencia más sonada fue la de Énner Valencia, a Inglaterra, en USD 25 millones.