Lewis Hamilton (der.)de Mercedes AMG GP se disputa contra Daniel Ricciardo (izq.) de Red Bull Racing en Mónaco. Foto: Srdjan Suki/ EFE
El Gran Premio de Mónaco es la carrera que todos quieren ganar, al menos una vez, y el domingo 29 de mayo del 2016, por segunda ocasión en el principado, la victoria le volvió a sonreír a Lewis Hamilton. El británico no ganaba desde el Gran Premio de EE.UU. del año anterior, cuando se coronó campeón mundial por tercera vez.
Fue el triunfo número 44 para Lewis, su número favorito, y la victoria 50 para Mercedes en Fórmula 1.
Es que cuando uno está para ganar, irremediablemente así sucederá, aunque inicialmente todo parezca estar en contra.
Eso fue lo que sin duda comprendió Hamilton tras ganar en Mónaco, ya que hasta el sábado, luego de la clasificación, no podía esconder su frustración y enojo por los contratiempos sufridos durante dicha sesión, que por tercera vez en este año no le permitieron luchar por la ‘pole’, tan importante en Mónaco.
Pero el domingo, ya en la carrera, todo fue alineándose para que Hamilton se alzara con una victoria inesperada, luego del dominio que ejercía Daniel Ricciardo con su eficiente Red Bull.
Sin embargo, el craso error que cometió su equipo en el momento de montar las llantas slicks para piso seco, que al piloto australiano le costó eternos y valiosos segundos detenido en ‘pits’, le “sirvieron en bandeja de plata” la victoria a Hamilton.
El campeón, por su parte, arriesgó al mantenerse en la pista con llantas de lluvia extrema y esperar a que el asfalto secara para cambiar directamente a slicks, mientras que los demás ya habían montado las mixtas.
Esta estrategia le funcionó para su victoria final, sin olvidar que también contó con la ‘ayuda’ de su coequipero: Nico Rosberg, totalmente desdibujado y sin ritmo, al punto de que en las primeras vueltas recibió la orden de dejar pasar a un Hamilton que era más rápido.
El alemán acató la orden inmediatamente, para terminar en una incipiente séptima ubicación, que implicó verse adelantado por Nico Hulkenberg al recibir la bandera a cuadros. Definitivamente fue una carrera para el olvido la de Rosberg, en la que se le fueron algunos puntos importantes que le podrían faltar al final del año, en el momento de hacer las cuentas. Volviendo con Ricciardo y Red Bull, asimismo, cuando uno no está para ganar, no importa lo que se haga, no ganará. Y eso fue lo que le sucedió a Daniel, que ya suma dos opciones clarísimas de victoria seguidas, en España y en Mónaco, sin que las pueda concretar.
Pero la del domingo pasado fue definitivamente escandalosa: Ricciardo dominaba a placer la carrera, cuando en el giro 33 fue llamado a ‘pits’ para montar las llantas slicks. Pero, ¡oh, sorpresa. No había llantas! Los mecánicos recién estaban desenfundando de las mantas térmicas los cuatro neumáticos cuando Ricciardo llegaba a su box. Por consiguiente, una parada que normalmente no debía durar más de tres segundos se alargó a 21, tiempo suficiente para que Hamilton lo pasara.
Pero en Mónaco, el Red Bull fue tan superior al Mercedes que, de todos modos, Ricciardo trató de recuperar su lugar, pero pasar en Mónaco siempre será muy complicado y además Lewis no se lo permitió. Por ello, el velocísimo piloto australiano debió contentarse con el segundo puesto, que por obvias razones le supo a muy poca cosa.
Mientras tanto, Max Verstappen, el gran triunfador del Gran Premio de España, 15 días antes, en el segundo Red Bull, vio terminada su carrera contra los muros de contención. Le sucedió tanto en la clasificación como en la carrera, por lo que todavía hay experiencia que ganar para el joven piloto holandés, pese a su inmenso talento.
¿Y qué pasó con Ferrari? Es que si hay un equipo al que parece no salirle nada bien, ese es el italiano. Kimi Raikkonen pronto quedó fuera de cualquier opción al estrellarse él también contra las rieles (pese a su experiencia), en los primeros compases del Gran Premio.
Sebastian Vettel, por su parte, terminó cuarto y con un muy mal sabor de boca, pues si bien su Ferrari mostró que tiene el ritmo para pelear por los primeros puestos, toda opción se desvaneció cuando el alemán hizo su primer cambio de llantas. Al volver a la pista se quedó bloqueado por casi 10 vueltas detrás del Williams de Felipe Massa, mucho más lento que él.
Si consideramos que Vettel terminó la carrera a 15 segundos de Hamilton, fue tiempo que sin duda Sebastian perdió detrás de Massa. Por lo tanto, una eventual victoria suya se perdió allí.
Finalmente, sería imposible dejar de mencionar el espectacular tercer puesto del mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez, así como el quinto de Fernando Alonso, al mando de sus modestos Force India y McLaren, respectivamente.
Si bien es cierto que se beneficiaron en buena manera de las condiciones de carrera inusuales, no se puede desconocer que ambos pilotos manejaron de manera magistral, ayudados además por una perfecta estrategia de detenciones en ‘pits’ por parte de sus correspondientes escuderías.
Tras el resultado monegasco, Hamilton logró reducir a 24 unidades la diferencia de puntos frente a Rosberg en la clasificación general.
Y ahora se viene Canadá, el domingo 12 de junio. Es uno de los Grandes Premios predilectos de Lewis, por lo que las cosas pudieran seguir acomodándose en favor del tricampeón mundial.