En Guayaquil, personal del Hospital de niños Roberto Gilbert se transformó en personajes de cuentos de hadas para homenajear a sus pacientes por su día. Foto: Elena Paucar/ EL COMERCIO.
Maléfica firmó algunas recetas mientras Blancanieves pasaba visita por cada camilla. Batman dejó su batimóvil para chequear algunas radiografías, en tanto que Cruella de vil le dio una mano con varias historias clínicas.
Un mundo de fantasía aterrizó en los pasillos y salas del hospital de niños Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Los mandiles pálidos y los uniformes formales desaparecieron este miércoles 1 de junio del 2016. En su lugar, médicos y colaboradores se disfrazaron de los personajes favoritos de sus pacientes para festejar el Día del Niño.
Maykel, un pequeño de 3 años, no puso resistencia al estetoscopio de Cruella -la pediatra Marisol Guayalema-. El niño es parte de los 25 pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Tiene una hemorragia gástrica por una malformación congénita que los especialistas investigan, pero esta mañana, sin llanto y casi congelado por la emoción, permitió que lo auscultaran sin complicaciones.
“Al vernos así, disfrazados, hemos visto que el estado de ánimo de los chicos cambió. Una sonrisa cura enfermedades”, dijo Batman; o más bien, Xavier Páez Pesantes, el jefe de la UCI. “Y a nosotros nos ayuda a reducir el estrés. Hay casos sumamente críticos que ya están mucho mejor; y verlos sonreír, después de algo tan agobiante, es magnífico”.
María José Guillén, coordinadora de Comunicación del hospital, cuenta que hace tres semanas empezaron a darle forma a esta sorpresa. Ella, por ejemplo, dejó su tradicional uniforme azul y se convirtió en Blancanieves.
“El objetivo era que los niños se acerquen a nosotros, que no tengan miedo. También, despertar el niño que todos llevamos dentro. Y lo hemos logrado”, dijo poco antes de que la pequeña Scarlet García le pidiera una foto.
La semana pasada, Scarlet pasó por una difícil cirugía. Tiene un problema de visión y le colocaron un lente intraocular. Este miércoles llegó a consulta de rutina y encontró un hospital lleno de princesas, hadas, piratas, magos y superhéroes.
“Es súper -dijo su mamá, Jhomaira Cruz-. Con el terror que le tiene a las operaciones, esta es una manera de incentivarlos a que no le tengan miedo al hospital. Muy bien”.
Las puertas de los ascensores se transformaron en pórticos de castillos. En Neonatología todas las enfermeras se vistieron como Minnie Mouse. En las ventanillas atendían tiernas muñequitas; incluso los guardias de seguridad lucieron coloridas corbatas. Alrededor de 2 000 colaboradores se pusieron de acuerdo para el festejo.
“Este hospital es para y por los niños. La mayoría viene con una salud quebrantada y sus padres, angustiados. Pero pienso que vale la pena darles un momento de esparcimiento, sin perder la seriedad de la atención médica”, aseguró Alfredo Robalino, director técnico del pediátrico.
En otros hospitales, como el Francisco de Ycaza Bustamante, del Ministerio de Salud, los médicos también se transformaron en personajes de cuentos. En tanto que el Municipio de Guayaquil presentó el programa Cada vez mejor, en el que 120 000 alumnos de unos 80 planteles de la ciudad se convertirán en embajadores del buen uso y comportamiento en el sistema de transporte Metrovía.