Natlia Lafourcade habló con EL COMERCIO sobre su nuevo disco ‘Hasta la raíz’. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Está sentada en el borde de uno de los ventanales del último piso del Hotel Quito. Llegó hace unas horas al país y no ha tenido tiempo para descansar. Natalia Lafourcade, la mujer de cuerpo menudo, piel blanca y ojos grandes, que hace unos meses ganó cinco Premios Grammy Latino por su nueva producción musical, toma aire y habla con toda soltura sobre ‘Hasta la raíz’, el disco que le ayudó a curar su corazón roto y regresar a sus orígenes.
¿Cómo influenció la música de Agustín Lara al momento de componer las canciones de su nuevo disco?
Agustín Lara fue mi primera influencia. Su música me hizo conectarme con las emociones, con las palabras y con lo que estaba cantando. Me despertó esa exigencia de decir ¡yo quiero ser compositora! Una necesidad de hablar de una manera muy simple, clara y que esté bien hecha. ‘Hasta la raíz’ es un disco totalmente distinto al de ‘Agustín Lara’ pero está totalmente influenciado por él.
‘Hasta la raíz’ es un disco en el que pusiste mucho de tus vivencias personales. ¿Fue complicado decidir contar a la gente cómo te sentías?
Cuando estaba componiendo las canciones no me cuestionaba que iba a pasar con la gente. El momento en el que me puse a pensar en eso fue cuando terminé el disco. En ese instante me di cuenta de que la gente lo iba a escuchar, y me cuestioné si les iba a gustar porque lo sentí como muy mío.
El disco está salpicado de muchos elementos de géneros de la música latinoamericana. ¿Qué estabas escuchando durante la composición del disco?
En el tiempo de la composición principalmente estaba cantando la música de Agustín Lara. Además escuchaba mucho a Violeta Parra, Mercedes Sosa, Caetano Veloso, Simón Díaz, Buena Vista Social Club, Patii Smith y también mucho pop como el de Justin Timberlake. Me sentía más cómoda escuchando a los compositores latinoamericanos.
Para este disco, a diferencia de los anteriores, trabajaste con un equipo musical grande. ¿Cómo fue la experiencia de producir el disco?
Fue muy agradable porque al darme cuenta que el disco era tan personal tomé la decisión de grabarlo con gente cercana a mi mundo, como el Cachorro López o Gustavo Guerrero. Armé un grupo de amigos y de músicos que admiro. Con ellos decidí aventarme al ‘trip’ de musicalizar esas letras. Nunca sufrí el disco, como sí pasó con ‘Mujer Divina’. Fue curioso porque era melancólico pero me la pasaba bien.
¿Sientes que ‘Hasta la raíz’ más que un disco de amor o desamor es un disco que cuenta la posibilidad de comenzar de nuevo?
Siento que ‘Hasta la Raíz’ se convirtió en un disco que abarcó más cosas que el amor de pareja. Empezó como un disco que me acompañaba mientras sentía mi corazón partido. Un momento en el que tenía que volver a reconstruirme, a tener un sentido de mi cotidianidad porque ya no vivía con mi novio. En ese volver a empezar me encontré y reconecté conmigo.
¿Qué canción de este disco es la que más te conmueve durante las presentaciones?
Me conmueve mucho cantar el primer fragmento del concierto. En esta parte están canciones como Vámonos negrito, Hasta la raíz y Lo que construimos, esta última era una canción que la iba a sacar del disco porque para mí era demasiado triste y deprimente. Luego me volví a reconectar y quedó en el disco. Ahora es una de las canciones más especiales para cantar en el concierto.
¿Qué significa para ti que ‘Hasta la raíz’ haya ganado tantos premios, entre ellos cinco Latin Grammy?
El reconocimiento que más me preocupaba era el de la gente. Jamás pensé en el Grammy ni en todos los premios que vinieron después. Cuando empezaron las nominaciones me di cuenta que el disco no solo tenía un reconocimiento de la gente sino de la industria musical, eso me permite abrir muchas puertas para que más gente escuche mi música.
¿Cómo conectas ‘Hasta la raíz’ con tu presentación en Ecuador, con lo que está viviendo la gente luego del terremoto?
‘Hasta la raíz’ es un disco que me abrazó en un momento de ruptura. Un momento en el que me preguntaba quién soy, qué quiero y para dónde quiero ir. Me cuestionaba de la honestidad de lo que estaba haciendo. Creo que los momentos donde todo se sacude y se desintegra son dolorosos, pero también son oportunidades para analizar lo que es realmente importante. En ‘Hasta la raíz’ me saqué la espina dolorosa de pensar que lo que uno hace es lo más importante del mundo.