El exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus (cent.) participa de una guerra de almohadas promovida por el exalcalde en Bogotá (Colombia). Foto: EFE
Casi 500 colombianos participaron en una “guerra de almohadas” convocada por activistas para manifestar su apoyo al proceso de paz con las FARC y a la salida dialogada al conflicto armado interno que vive el país desde hace medio siglo.
Bajo la consigna “La última guerra en Colombia”, los manifestantes acudieron a una céntrica plazoleta de la capital colombiana luciendo máscaras del presidente Juan Manuel Santos, el máximo jefe de las FARC, alias “Timochenko”, y el senador y ex mandatario Álvaro Uribe, entre otros. La idea fue lanzada desde hace varios días en redes sociales por el político, catedrático y ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus, quien hizo un llamado a los colombianos a protagonizar la última guerra de Colombia y protagonizar “simbólicamente el fin de la confrontación en el país”.
María Fernanda Carrascal, una de las precursoras del evento y miembro de “Por Colombia sí”, colectivo juvenil que apoya los diálogos que celebran en Cuba desde 2012 el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afirmó que “esta es la única guerra que se debería ver en el país”. “Una guerra sin muertos, sin víctimas, sin tanto sufrimiento y dolor para los colombianos”, señaló Carrascal en diálogo con la edición digital del diario El Tiempo.
“Estamos jóvenes de diferentes partidos políticos, de diferentes contextos, de diferentes pensamientos y edades sólo para respaldar la paz y a las delegaciones que están en La Habana“, agregó la activista. El Gobierno y las FARC han logrado en más de 40 meses de diálogos acuerdos sobre desarrollo agrario, participación política de los guerrilleros que se desmovilicen, lucha conjunta contra el narcotráfico, atención a las víctimas del conflicto y aplicación de un sistema de justicia transicional, entre otros puntos.
Actualmente discuten el último ítem de la agenda, referido al alto el fuego bilateral y definitivo y la deposición de armas por parte de la guerrilla, lo que permitirá finalizar una confrontación que ya lleva cinco décadas.