Veinte minutos. Ese es el tiempo promedio que dura la inspección técnica de un bus en los centros de revisión de Quito. En ese período, los expertos evalúan el sistema de frenos, el labrado de las llantas, la carrocería, los gases, la suspensión…
El transporte público del país cumplía ese análisis mecánico dos veces por año, pero ahora la inspección será solo una vez.
El presidente Rafael Correa dispuso esa reforma a través del decreto ejecutivo 975 y dijo que el cambio busca “armonizar las normas reglamentarias con las disposiciones legales”. Sin embargo, no mencionó ningún argumento técnico.
Ayer, este Diario recorrió talleres que operan en el sur de Quito.Los mecánicos aseguran que hay tres causas frecuentes por las cuales los autobuses no aprueban la revisión técnica en el primer intento: la emisión de gases contaminantes, fallas en el sistema de frenos (estado de las zapatas) y daños en la suspensión (amortiguadores).
La Agencia Metropolitana de Tránsito de Quito corrobora esa tendencia, con base en los reportes que maneja de los centros de revisión de la ciudad.
Las unidades suelen tener graves desgastes en las zapatas, por los cientos de kilómetros que recorren. Cada día, un bus puede superar los 300 kms. de recorrido, y al año los 100 000. A diferencia de los 30 000 kms. que, en promedio, recorre al año un automóvil.
Pero en Tungurahua, las autoridades han detectado otro problema frecuente: las llantas lisas. Un informe de la Mancomunidad de Tránsito de esa provincia revela que el 40% de las unidades de transporte interprovincial no pasa la revisión porque tienen daños en los neumáticos. “Solo el 20% de los propietarios de las unidades cumple con las exigencias en la revisión”, dice Fabián Chérrez, inspector técnico.
De hecho, Tungurahua es una de las tres provincias que en abril pasado tuvo el mayor índice de siniestralidad, según la Agencia Nacional de Tránsito (ANT). En ese grupo también están Imbabura y Guayas.
Datos de la ANT revelan esa problemática. De los 35 706 accidentes reportados en las carreteras del país, 269 ocurrieron por “fallas mecánicas en los sistemas de frenos, en la dirección o en los neumáticos).
En Imbabura, que tiene también un gran porcentaje de siniestralidad, también señalan al desgaste de los neumáticos como un problema frecuente en los buses. Eso lo dice Silvana Burneo, jefa de matriculación de la Mancomunidad de Movilidad del Norte (Movidelnor).
En Ibarra, su capital, circulan 200 autobuses urbanos de la cooperativa 28 de Septiembre y otros 127 de la cooperativa San Miguel. El resto de unidades está controlado por la ANT provincial y Movidelnor.
En Guayaquil. Daniel Chumo maneja un bus de la línea 98. Al año recorre unos 64 800 kms. Esa intensa actividad se evidencia en el desgaste de las llantas, comenta José Maldonado, dueño de un taller.
Por eso, en las últimas horas, Andrés Roche, gerente de Movilidad del Municipio de Guayaquil, advirtió que mantendrán las dos inspecciones anuales, para proteger la seguridad de los pasajeros.
Para el dirigente de los transportistas, Ricardo Onofre, los propietarios de los buses sí cumplen con los mantenimientos que deben realizarle a sus unidades. “Prueba de ello, son los cambios de neumáticos y los abc de los motores que realizan cada año para mantenerlos en buenas condiciones”.
La intensa actividad de los buses del servicio público fue la razón para que haya dos revisiones cada año.En el Reglamento a la Ley de Tránsito, suscrita por el Presidente en el 2012, se señala que la inspección tiene como objetivos “garantizar las condiciones mínimas de seguridad de los vehículos, reducir la falla mecánica, mejorar la seguridad vial, la capacidad de operación del vehículo, reducir las emisiones contaminantes, y comprobar la idoneidad de uso”.
Es decir, la medida del Presidente duró cuatro años. Ayer, en Quito, transportistas que tenían previsto salir de la Terminal Terrestre de Quitumbe decían que están de acuerdo con la reforma. Y aclararon que además de los controles semestrales, agentes de tránsito revisan las unidades antes de salir de las terminales.
Pero el chequeo que hacen los uniformados solo es superficial. Ellos vigilan el labrado de las llantas, el parabrisas, las luces, los triángulos de emergencia… Pero la ANT asegura que a más de la revisión se hacen operativos de control.