Alvin Toffler, en los años 70, escribió el ‘best seller’ El Shock del Futuro, en el cual visualizaba lo que hoy se está cumpliendo en la evolución humana.
Y en cuanto a la política económica enunciaba: “Que luego de agotarse todas las etiquetas políticas de izquierdas, derechas, totalitarismo, etc.,etc., llegará el momento que la cosa pública tiene que ser manejada por gente que sabe en forma comprobada y a lo que él llama acertadamente la geniocracia.
Esto ya fue aplicado en Chile con el grupo de economistas denominados ‘Chicago boys’, que han dado una solidez económica al margen de la política y que ha mantenido a Chile, pese a los terremotos y tsunamis.
Nadie puede negar ya nuestro propio tsunami y es hora de que todos los ecuatorianos pidamos a la gente especializada que rescaten a nuestro amado país. Es indispensable que se forme una Unidad de Terapia Intensiva Económica compuesta con nombres comprobados por su solvencia: Pachano, Spurrier, Pozo, Acosta, Burneo, que sobre el momento deban intervenir en todos los contratos, convenios y deudas de un gobierno que ya termina.
Necesitamos rescatar la libertad de expresión que es el contrapeso de la sociedad con gente también comprobada . Una unidad política para reorganizar los partidos que no deberían pasar de tres o cuatro, que disminuya el número de asambleístas, que no infle la burocracia y que se regularice el número de ministerios y desaparezca el ‘Ministerio de la Felicidad’. Para dirigir este sueño deberíamos dar un giro total.