La Comisión de lo Económico de la Asamblea, dominada por el oficialismo, no ha hecho ningún reparo –ni reflexión- al proyecto de reforma tributaria enviado por el Ejecutivo, que prevé conseguir USD 300 millones este año con mayores impuestos a los cigarrillos, cervezas, bebidas azucaradas y telefonía.
El informe preparado por el oficialismo, que se debate hoy en la Asamblea, acepta todos los argumentos del Régimen para subir los impuestos y descarta las observaciones de quienes piden al Gobierno que ajuste sus gastos en viajes, viáticos y en instituciones públicas que no aportan y solo consumen recursos públicos.
Para la Comisión, la crisis económica en el país solo se debe a la baja del precio del petróleo y a una desaceleración económica internacional que afecta a “todos los países del planeta”. No se salva un solo país. Por eso no extraña la defensa que hace de la política económica y de las medidas aplicadas por el Gobierno, que han permitido que el país “continúe creciendo”. Pero no sabe que 0,3% de crecimiento en el 2015 significa estancamiento económico.
En su afán de defender la reforma tributaria, la Comisión oficialista incluso inventó una nueva teoría económica. Cree que en tiempos de vacas flacas hay que poner más impuestos para estimular el consumo. Los asambleístas de Alianza País que pertenecen a la Comisión argumentan lo siguiente: para estimular la demanda agregada a través del gasto público es de vital importancia alimentar la caja fiscal con recursos frescos provenientes de los impuestos.
Nunca se enteraron que un aumento de impuestos reduce el consumo y que los recursos frescos no son tales cuando salen del propio bolsillo de los consumidores. Y pese a que es cierto que el mayor gasto público puede estimular la demanda agregada -lo cual es deseable en épocas de crisis-, eso solo se consigue cuando el Gobierno tiene reservas, es decir, cuando ahorró. La Comisión no se enteró que se gastaron esos ahorros.