Las piedras de San Francisco serán llevadas al museo arqueológico Rumipamba. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Las codificación de las 107 695 piedras de la plaza de San Francisco, en el Centro Histórico, se hará en cuatro etapas. Este 7 de marzo se empezó a marcar con letras y números el primer cuadrante sur oriental, entre las calles Benalcázar y Bolívar. En total, la plaza se dividió en 240 módulos.
Las piedras que se marcarán con esmalte blanco serán retiradas y llevadas al museo arqueológico Rumipamba para conservarlas. Estas datan de las décadas de los 50 y 60.
Una vez que concluya la construcción de la losa superior y paredes de la estación del Metro estas se volverán a reubicar en el mismo sitio. Está previsto que la superficie de la plaza vuelva a sus condiciones normales para la Semana Santa del 2017, informó el alcalde Mauricio Rodas. “El objetivo es conservar este bien patrimonial”.
Mientras se realicen las obras en la superficie una parte de la plaza -de la pileta hacia la calle Benalcázar- estará restringida a los peatones. Pero el ingreso a la iglesia de San Francisco y el resto de este espacio estarán abiertos al público. Inicialmente no habrá afectaciones en la circulación vehicular de las vías aledañas.
En San Francisco antes de excavar la estación se retirarán los adoquines y bancas de piedra que están sobre la zona de intervención. Luego se harán excavaciones para determinar si hay restos arqueológicos.
La fecha tentativa para la excavación de la estación del Metro de San Francisco se hará entre junio y julio de este año, precisó Sadinoel Da Fleitas, procurador común del consorcio Odecrecht-Acciona.
En promedio la edificación de toda la estación de San Francisco tomará dos años. Para mitigar las posibles afectaciones en las edificaciones históricas aledañas a este sector, por estas obras, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) contará con alrededor de USD 2 millones.