Lo dejó en el suelo por un momento. Ariel Aguirre, de 12 años, detenía su balón de fútbol anaranjado con la pierna izquierda. Sudaba.
Después de jugar un partido con su amigo Stalin Rendón (15 años), los dos visitaron, el pasado sábado 5, la exposición gráfica ‘El grabado ¡elejido!’. Esta muestra agrupa 45 obras, elaboradas con técnicas como la xilografía (grabado en madera), la calcografía (en metales), la litografía (en piedra) y la serigrafía, que es una técnica de impresión para reproducir documentos e imágenes en cualquier material.
También están fotograbados en la exhibición, agregó el artista Hernán Cueva, quien preside la Fundación Estampería Quiteña. Esta última, con el apoyo de la Embajada de España, organizó la exposición, que se encuentra en el Centro de Promoción Artística del parque El Ejido, en el centro- sur de Quito.
Era mediodía y Cueva, con las gafas sobre su cabeza, les explicaba a Ariel y a Stalin el uso del tórculo calcográfico. Esta máquina, les decía, se emplea para calcar las imágenes e imprimirlas sobre el papel ‘trapo’, que es utilizado para los grabados.
Luego de ejemplificar la actividad del tórculo con la imagen de un búho, Cueva invitó a los adolescentes a que recorrieran el espacio. “Tenemos obras de artistas ecuatorianos y holandeses. La Escuela 10 de Madrid también nos dio trabajos de españoles”, detalló el artista.
15 de los grabados nacionales, en cambio, fueron creados por talleristas de la Fundación, donde se dictan cursos. Cueva señaló que son hombres y mujeres, de entre 20 y 50 años, “quienes gustan de este arte antiguo, pero no muy conocido”.
Desde la inauguración de la exposición, el 25 de febrero, en promedio asisten entre 60 y 80 personas diariamente, según calculó José Arce, quien trabaja en Atención al cliente del Centro de Promoción Artística.
Algunos se animan y dejan sus comentarios en el libro de visitas, colocado en la entrada. Como el Centro de Gráfica Internacional, por ejemplo, cuyo representante escribió: “El criterio y el montaje son de alta factura”.